La unidad 'B' del Granada doblega al Castellón e invita a otra ronda

Lamesa dibujó un nuevo equipo, con un 4-3-3 bastante más posicional sabiendo que el balón no iba a ser objeto de debate y el Castellón se agazaparía. Por eso las rojiblancas salieron de inicio con Alicia, Inés y Noe, un trivote que mezclaba el gran sentido de la responsabilidad de la recién llegada con el juego en corto de sus dos compañeras. Más dudas había con el trío ofensivo. Mascaró, las dos Lauras y Raquel dejaban su sitio para Adriana y Yurena en los costados y Elo en el centro, sin embargo el equipo no notó en demasía los cambios. La unidad 'B' carburó desde el inicio, incluída Amanda Pigne. La joven del filial estuvo muy certera en todos los lances, sólida en una entrada a una rival que rozó los límites del reglamento pero mostraron su carácter.

Nada más empezar, una buena presión de Noe y Yurena acabó con una recuperación en el área rival. Elo recibió, se dio la vuelta y regateó a la portera, finalizando de zurda. Dio tiempo a que Parra, central castellonense, se recuperara y sacara el balón con el pecho en la misma línea. Fue le aviso de un Granada que, con poco, hizo mucho daño a una defensa tibia, muy inocente, de las rivales.

En el 10 de partido, Alicia botó una falta al punto de penalti y Anna, portera blanquinegra, saltó de puños sin tocar el balón, que cayó manso a pies de Cris Moreno. Siempre con la caña puesta, la central cazó el cuero y no hubo obstáculos entre su remate y la red. Un 1-0 que imponía tranquilidad en el juego. Inés brilló en contención, Marta estuvo cerca de Amanda, compartiendo responsabilidades como madrina defensiva de la joven nazarí. La única jugada de peligro castellonense llegó en un remate desde la frontal de Maral que salió cerca del poste, si bien parecía bien controlado el chut por Andrea.

Con el paso de los minutos, el Castellón se asentó un poco, pero el balón seguía siendo rojiblanco. Pudieron hacer mucho más daños las de Lamesa, sobre todo avanzando por derecha, con Alba impetuosa y Yurena muy aplicada, agradeciendo la titularidad con trabajo en las dos orillas del campo. En uno de esos cambios de juego de Noe, Adriana se quedó sola y puso un centro absolutamente medido, delicioso. Gritaba remátame, pero Elo, quizá cegada por el sol, no conectó con el balón incomprensiblemente y se perdió la ocasión. Con un fuerte choque entre Pigne y Anabel se acabó el primer tiempo, la rojiblanca fue atendida entre lágrimas aunque todo pareció quedar en el golpe.

No empezó bien el segundo tiempo, con un Castellón que no tenía nada que perder y apretó de inicio. Pudo empatar nada más reanudarse el juego, con una falta a la que Alba dio mucha comba. El lanzamiento, aunque desde una posición muy escorada, botó y sorprendió a Andrea, que no respiró aliviada hasta que vio como el balón no cogía puerta por poco. Lamesa quiso reactivar a las suyas con un par de cambios, introduciendo en el campo a jugadoras más habituales en Liga y muy peligrosas arriba como Raquel, Lauri, Laura Pérez y también a Pamela. Pero el Castellón seguía acumulando disparos a puerta.

Con un equipo mucho más cercano al que protagoniza los fines de semana, el Granada volvió a tener presencia arriba. Raquel, en una falta que ejecutó con mucha mala idea al palo de la portera, rozó el segundo. Despejó Anna con una mano muy acertada, manteniendo el tipo ante el violento disparo. Laura Pérez también descosió una banda que no había sufrido demasiado a pesar de la superioridad local, en un doble centro se quedó la grada cantando el uy a la espera de que alguien rematara los envíos. Lo cierto es que, sin Mascaró y ya sin Elo guerreando con las centrales verdes, Lauri no fue una referencia al uso y faltó cargar el área en esas internadas, mientras Marta y Cristina Moreno aguantaban numantinamente.

Los últimos diez minutos, sin haber cerrado el pase, las rojiblancas empezaron a temblar ante los envíos a la desesperada del Castellón. Primero en un córner pudo llegar la igualada, pero Marta Carrasco peinó bien para desbaratar el remate rival. Sí que logró conectar una buenísima volea que cogía portería violentamente Carol, pero Raquel se puso entre el disparo y Andrea. Era el descuento y la eliminatoria se escapaba más al Castellón, que puso todas las fichas al mismo número y perdió. Ya en la última jugada, Lauri robó la cartera a una defensa y recibió una patada que resonó en la Ciudad Deportiva. Era un penalti evidente, pero la colegiada decidió pitar falta en la pugna previa.

Finalmente, el partido llegó a su fin con más angustia de lo que habría sido aconsejable. El pitido final lo celebró un Granada al que le bastó un golpe certero y un ejercicio de concentración cuando tocó remar, para pedir otra ronda de Copa. Una a la que invita la unidad 'B', aunque cada vez sea más difícil discernir entre titulares y suplentes. El nivel de talento y de sacrificio que exhiben las rojiblancas invita a no colgar carteles y confiar que el domingo, ante el Córdoba, se será igual de competitivo.