Ambiente
Un último baile del Granada femenino con la afición antes de separar caminosLa plantilla hace comunión con sus incondicionales por última vez para celebrar el final de temporada
A la afición del Granada no le importó demasiado el tropiezo del equipo frente al Levante, tercero consecutivo en este final de Liga F. La ... plantilla de Arturo Ruiz ofreció un último baile, de manera literal, ante sus incondicionales, que soportaron las elevadas temperaturas desde el graderío a pleno sol con tal de disfrutar una vez más con las futbolistas, algunas más fuera que dentro.
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Es el caso de Edna Imade, a quien una pancarta gigante con su nombre llamó la atención desde el calentamiento. Hasta allí se desplazó la atacante en cuanto la colegiada hizo sonar su silbato, quizá el último que la pichichi rojiblanca escuche en la Ciudad Deportiva. La nigeriana consintió autógrafos y selfis con los granadinistas, que también tuvieron ojos para sus compañeras.
Andrea Gómez se reencontró con Fernando, su fan número uno que apenas levanta dos palmos del suelo. Juntos intercambiaron sus camisetas, con la nazarí recibiendo la diminuta del pequeño, obsequio para compensar a su ídolo por sus goles y carantoñas a lo largo del campeonato.
Lágrimas
También hubo lágrimas, las de Isa Álvarez. La zaguera se emocionó en el roce con la gente, prueba delatora o no de otra posible salida. La que sí que está confirmada es la de Arturo Ruiz, el entrenador que hizo posible un año de ensueño. «¡Arturo, quédate!», le cantó la hinchada. Él agradeció sus palabras con aplausos, los mismos que dedicó Ornella Vignola cuando le llegó el turno. Todas sienten al Granada, pero el mundo del fútbol es caprichoso. Quedó bailar en redes sociales, fundirse en un abrazo gigante y celebrar con una cena por la noche. Trabajo en equipo.
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