El KF Teuta celebrando la Copa que venció (2-0) al Tirana. KF TEUTA DURRËS
Europa League

Teuta Durrës, el equipo que navega por Europa buscando su faro

El campeón de la Copa de Albania es un conjunto sólido, con virtudes muy arraigadas y no demasiados defectos, pero que echa en falta a su estrella

Lunes, 31 de agosto 2020, 17:48

Durrës es besada cada día por el Mar Adriático. Sus casi 130.000 habitantes disfrutan de una de las ciudades más populares de Albania, ... pues son conocidas sus playas y puertos. Solamente está a la sombra de Tirana, capital cuyo nombre no podía ser más acorde a la situación que presenta con respecto a Durrës. De orígenes griegos y conectada con los puertos Italianos, el próximo destino de la odisea rojiblanca guarda la cercana estampa de cualquier asentamiento mediterráneo.

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La forma más sencilla de poner los pies en el país de la península balcánica, al menos desde España, pasa por coger un vuelo a la capital albanesa. Aeropuertos como el de Málaga o Madrid mantienen esta ruta de forma habitual. Una vez sobre el centro albano, una media hora separa Tirana de Durres. La forma más habitual es en coche, completando los apenas 37 kilómetros existentes. También hay una línea de tren que pasa dos veces cada día. El billete cuesta poco más de un euro y se tarda unos 40 minutos.

Una vez allí, sorprende el carácter abierto de sus gentes, una localización de temperatura agradable en verano y un litoral sombreado por abundantes palmeras. No obstante, su atractivo turístico es limitado. Más allá de sus actividades marítimas y de playa, poco más se encuentra. Eso sí, la calidad de su cristalina costa la hace un rincón bello en el que perderse.

En 1920, además, nacía en Durrës el KF Teuta, desde entonces un equipo de fútbol muy presente en el país. Este año cumplirá su temporada número 80 en Primera, habiendo disputado todas menos una. Su momento álgido llegaría en 1994, cuando se consagró por primera vez campeón del país. Por otro lado, cuatro veces lo ha sido de Copa. Juega sus encuentros en el Niko Dovana: un campo humilde, amplio, con pista de atletismo a su alrededor y de un césped natural que presenta alguna que otra irregularidad.

Cien años lleva el club observando cómo el Adriático golpea con la plata de las olas la pedregosa costa durroquiana. El ir y venir del mar sigue siendo el pulso de la ciudad y todos los que viven en ella. También del centenario equipo, que ha visto como dos olas cambiaban su temporada 2020-21.

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Un 'maremoto' global

La primera de las olas paró la vida del club, de la ciudad, el país y el mundo en marzo. Y es que Durrës no ha sido inexpugnable para la ola pandémica de la Covid-19, como ciudad portuaria, el virus entró con dureza en su población. Y es que no sólo esta localidad en cuestión, sino toda Albania es uno de los países más azotados por el coronavirus.

En los últimos días, los casos confirmados vienen ascendiendo hasta llegar a los 313,67 por cada cien mil habitantes. Una cifra muy alta, tenida en cuenta la población total del país (2.845.955 habitantes censados). En estos momentos, los registros oficiales reflejan un total de 8.930 positivos, pero se espera alcanzar los 9.000 en breve. Aunque la tasa de positivos es alta, la de mortalidad se mueve en unos parámetros similares al de lo países vecinos (263 fallecidos por Covid-19 y una tasa de letalidad del 3%). La situación está lejos de aplacarse, pero la UEFA controló a la perfección la primera de las rondas eliminatorias y no debería haber problema en que se juegue el segundo de los encuentros.

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El adiós al '10'

La segunda ola dejó una botella con el mapa hacia un tesoro, pero se llevó la brújula en su regreso al mar. En agosto, a puerta cerrada y habiendo sufrido un parón, el Teuta ganó la Copa de Albania por cuarta vez en su historia, consiguiendo la clasificación a la Europa League. Cuando el barco albanés miraba más allá de su orilla, llegó el Lokomotiva croata y se llevó a uno de los grandes artífices del logro: Kallaku. El mediapunta fue la estrella rutilante, brújula para ganar el título. Sus 17 goles entre Liga y Copa, su finísimo acierto para poner el balón parado en la cabeza de sus compañeros y su personalidad sobre el césped no pasaron desapercibidas para los croatas.

Así, apagaron la luz a un Teuta obligado a reinventarse este curso. La salida del mediapunta no ha cambiado el dibujo, pero sí el rol que Eduard Martini -su técnico- concede a varias de sus piezas más importantes. En lugar de buscar un '10' que difícilmente iba a llenar el lugar de Kallaku, se reforzó el equipo con un buen ariete: Blerim Krasniqi, procedente del Skenderbeu. Es la gran apuesta y ya en la primera ronda europea dejó su huella con un tanto.

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El Teuta es, a menos de un mes para enfrentarse al Granada, un conjunto carente de faro, pero tremendamente aplicado. Sabe a qué juega, conoce sus virtudes y deja ver poco sus defectos. En agosto ha ganado dos partidos de enorme importancia, uno con Kallaku y otro sin él, y ha dejado patente una coincidencia con los de Diego Martínez: su capacidad para adaptarse. En la final de Copa ante el Tirana, los de Martini fueron un equipo agresivo, con una línea defensiva muy adelantada, acompañando una presión que asfixió al campeón liguero. Con el '10' a bordo, la capacidad para tocar entre líneas brillaba y la llegada de dos laterales profundos daba a los mediapuntas opciones por fuera. El tridente formado por Kallaku y los dos Vila (Lorenço y Emiljano) era pura explosividad.

Sin embargo, la marcha del enganche ha destapado alguna carencia en el juego interior y ante el Beitar Jerusalem, ya en la Europa league 2020-21, el cuadro de Martini esperó más atrás en un partido loco donde las defensas dejaron que desear y los porteros sufrieron muchísimas llegadas. El Teuta se arropó atrás, buscó salir con balones largos a la espalda de la zaga rival, probando la velocidad de repliegue del rival.

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También jugó la baza de contar ya con Krasniqi, un imán para bajar la pelota al césped y abrir a banda. La parcela de creación que dejó Kallaku al salir la ha reinventado Martini colocando a Emiljano tras el punta.

Pero hay algo que no cambia entre una cita y otra. El Teuta tiene un juego aéreo muy poderoso. En la primera ronda eliminatoria europea, los dos goles llegaron en dos jugadas muy rápidas por banda, que acabaron en centros cabeceados por saber ocupar bien el área tanto por el número de rematadores que acudieron al marco como por lo bien que supieron ocupar los espacios. En su debe, las transiciones en defensa están costando más ahora que se presiona con menos acierto y se recupera con menos fe al no tener brújula a quien dársela. Queda mucho campo libre entre los cuatro que juegan arriba, normalmente en un 4-2-3-1, y el doble pivote. Ahí es donde los otros equipos cogen aire e ideas para asaltar la meta, bien defendida siempre por dos centrales contundentes y el portero Frasheri.

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El once tipo más habitual (a falta de posibles refuerzos) estaría conformado por el mencionado Frasheri, seguro por alto, pero con problemas para jugar con el pie. En las bandas aparecen Todorovski y el griego Kouro, ambos de un espíritu claramente ofensivo. El centro de la defensa es para Arapi y Hoxha (cinco goles este entre Liga y Copa). Los dos parecen tener muelles en lugar de tacos cuando se unen a los saques de esquina. Son muy peligrosos.

Aleksi y Avdyli son un atípico doble pivote, en el que ninguno acaba de tomar la batuta para jugar, malacostumbrados a la presencia de su añorado '10'. Hebaj puede arrancar ahora desde la banda derecha, otra de las modificaciones por el paso de Emiljano Vila a un rol más libre, si bien lo normal es que el titular sea Beqja. Es el dorsal 88, Emiljano, el que genera el peligro, rematado por el nuevo delantero, Krasniqi. O por el hombre que cierra el once y en cuya espalda recae el peso de ser la nueva estrella. Lorenco Vila es, a sus 21 años, uno de los mejores proyectos internacionales de Albania y un referente en las categorías inferiores de su selección. Desborde en los dos perfiles, facilidad para el golpeo, más de diez goles lo acreditan. El jugador más diferencial.

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Durrës y su club, el KF Teuta, miran cada día al Mar Adriático, con menos luz que hace un mes, buscando aún un nuevo hombre sobre el que edificar su faro y sobreviviendo a la pandemia que asola este planeta. Otea el horizonte y se sorprende atisbando Europa. Entre ellos y su destino soñado emergirá pronto un navío de velas rojiblancas. De uno quedará el sueño, de otro el pecio.

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