Rui y Soldado catapultan al Granada
Una espectacular actuación del portero y el gol del valenciano cuando aún sufría su equipo introducen a los rojiblancos en los cuartos de la UEL
Jueves, 18 de marzo 2021, 20:57
Una portentosa actuación de Rui Silva y el dardo afilado de Roberto Soldado catapultaron al Granada hasta otra dimensión desconocida. La derrota, como en ... Nápoles, tuvo el regusto dulce por la ventaja por 2-0 de la ida. El fuego amigo de Jesús Vallejo había laminado parte de la ventaja rojiblanca en la primera parte, tras lo que llegaron dudas y muchos paradones de su portero. No cedió el Molde y pudo equilibrar varias veces el cruce, pero el remate de uno de los generales del Granada, revolucionario en la segunda mitad, alejó las preocupaciones y toleró un tramo final más relajado. Una pena máxima convertida por los noruegos dejó a estos victoriosos pero eliminados.
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Todo lo asequible para otros se convierte en antológico para el Granada, flamante equipo de cuartos de la UEL en la primera participación de su historia en una competición de ámbito continental. Con esfuerzo no exento de angustia, ha conseguido superar infinidad de peajes para ingresar por méritos propios en un club de prestigio, rodeado de posibles rivales aristocráticos.
Molde
Linde; Pedersen, Bjørnbak, Gregersen (Sinyan, m. 46), Risa (Haugen, m. 77); Aurnes, Breivik (Hussain, m. 82), Hestad; Eikrem, Andersen (Knudtzon, m. 77) y Sigurdarsson (Fofana, m. 62).
2 (2)
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1 (3)
Granada
Rui Silva; Vallejo (Nehuén Pérez, m. 83), Domingos Duarte, Germán Sánchez, Víctor Díaz; Gonalons (Yan Eteki, m. 76), Montoro (Machís, m. 83), Yangel Herrera; Kenedy, Antonio Puertas y Jorge Molina (Soldado, m. 64).
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GOLES 1-0, m. 29: Vallejo; 1-1, M. 72: Soldado; 2-1, m. 89: Hestad, de penalti.
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ÁRBITRO Srdjan Jovanovic (serbio): Amonestó al local Risa (m. 62); y al visitante Víctor Díaz (m. 7).
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INCIDENCIAS Partido correspondiente a la vuelta de los octavos de final de la UEFA Europa League, disputado en el Puskas Arena de Budapest, sin público en las gradas.
Pero el Granada necesita aliñar su destino con gotas de sufrimiento, a veces con garrafas enteras, al borde de la intoxicación. El Molde, equipo de buenas intenciones pero sin aparente colmillo, se adelantó de la única manera que parecía factible: con un autogol rojiblanco. Fue Vallejo, el que había resuelto la ecuación defensiva como lateral diestro, quien contribuyó al desaguisado en una colada de Andersen que trató de volear fuera desde el área pequeña. El maño pareció descoyuntarse ante el despeje y golpeó al aire. El balón le acabó rebotando en la rodilla izquierda y circuló hasta la red, dejando a Rui Silva patidifuso.
Hasta entonces, el encuentro discurría sobre todo en terreno de los noruegos, con un impulsivo Kenedy, libre para sacar toda suerte de regates, pero con menos catálogo en la toma final de decisiones. Tuvo a Linde tras salir de la gatera pero le perdonó la vida. El Molde, mientras, inclinaba su ataque hacia el lado de Vallejo, cuyos nervios fueron en aumento, pero el dominio seguía siendo de los rojiblancos.
Víctor Díaz interrumpió un ligero contragolpe y vio la amarilla, aunque la presión nazarí agobiaba a los nórdicos. Los tres 'tenores' mejoraban el concierto cuando intervenían, pero los rivales les encimaron e impidieron su composición. Era un Granada conservador, de mucha pelota al pie, alguna ocasional al espacio en banda pero poco riesgo, salvo cuando Kenedy inventaba.
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El tanto en propia puerta dejó atolondrados a los rojiblancos y el Molde estuvo a punto de exprimirlo en un córner protegido con extraña candidez por el Granada que permitió un tiro a bocajarro de Hestad ante Rui.
Kenedy lo volvió a intentar, tratando de emular su espectacular diana de Villarreal, y luego lo hizo Gonalons en un saque de esquina en el que metió el flequillo. Faltaba potencia, alguna marcha más, pero la caja de cambios seguía atascada.
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Andersen tanteó a Rui en un disparo desde la lejanía tras el descanso. Sigurdarsson cabeceó desviado con ventaja frente a Germán, con la alarma saltada. Era demasiado. Consiguió salir el Granada del tedio y Montoro puso el bate en la frontal, pero la pelota cogió demasiada altura. Domingos merodeó el empate en la misma boca de gol en una falta que no logró enganchar, pero el Molde respondió con una doble oportunidad al contragolpe entre Risa y Aurnes, con paradón final de Rui.
El sistema protector de los nazaríes parecía soluble por momentos, aunque su cancerbero luso se mantenía al margen de cualquier zozobra. Soldado sustituyó a Molina y Fofana a Sigurdarsson. El costamarfileño también desafió a la zaga enemiga en una internada con un rebote afortunado que tuvo que abortar Rui, más iluminado que su indumentaria amarillo fosforito.
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Linde, sin grandes advertencias hasta entonces, se lanzó a evitar una llamarada de Herrera al enganchar un envío botado por Montoro. Fue como el sonido del gong para el Granada, el despertar definitivo. Tras un córner, Vallejo, que cerraba, despejó sin muchas contemplaciones hacia arriba, pero la pelota le llovió a Herrera, que de repente solo vio la coronilla de Soldado.
Diego Martínez ya pudo retirar tropas malheridas y el Molde al final se llevó el triunfo con un penalti cometido con torpeza por Eteki, que chutó Hestad. Kenedy buscó en el alargue la dedicatoria por su reciente paternidad, pero el larguero le privó del jolgorio.
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El anclaje a la realidad de este embriagador sueño para los nazaríes lo dará el sorteo que se celebra hoy en Suiza, cuando su bolita será desenroscada una vez más como si fueran las sorpresas de los huevos de chocolate. Su nombre se pronunciará en alto al aparecer escrito en el papelito («Granada 'si ef'», el CF en inglés) y de inmediato sabrá con quién se cruza a doble partido en abril. También, la hipotética ruta hasta desembocar en el enfrentamiento de conclusión, que se celebra en Polonia, allá por mayo. Suena a quimera una llegada hasta Gdansk en caso de que supere cuatro etapas más, que se presentan tan temibles como las escaladas alpinas en ciclismo. Ante el impulso de la ilusión nada se puede descartar ya. Esta escuadra desprecinta sus teóricos límites semana tras semana.
Llegan los cuartos, la vieja frontera de la Selección Española antes de los tiempos de gloria. Cuartos es sinónimo de dinero y también hay de eso en liza para la economía del Granada, pero sobre todo existe una reputación que extender por cualquier confín. Este equipo, aunque temblara algo esta vez, dignifica su escudo, compensando con entrega lo que no alcanza con ese talento que se adquiere a golpe de talonario. Ahora se ha ganado aguardar a una primavera inesperada, puede que mágica. Toque quien le toque, su oponente tendrá motivos de preocupación. Hay aspectos que no se compran con la cartera y en ellos el Granada tiene crédito ilimitado. Al portero se lo lleva el Betis, pero aún le puede disfrutar un poco más.
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