Un Sevilla dolorido al que cada semana se le hace una auténtica penitencia

Julen Lopetegui, discutido cada primavera, ha soportado el chaparrón de tres eliminaciones de las que hacen auténtica 'pupa'. La de la Liga de Campeones, en el grupo más débil de los que afrontaban los españoles, se consideró un accidente a la vez que una ocasión de oro para avanzar en el camino a la 'orejona'. La debacle en Europa llegó en su competición fetiche. El West Ham se cargó a un inoperante Sevilla al que, para colmo de males, le queda ver cómo la final se disputa en su Ramón Sánchez-Pizjuán. El culmen, entre medias, que su verdugo en Copa del Rey fuese el Betis en aquel lamentable cruce que debió jugarse a puerta cerrada tras la agresión a Joan Jordán.

El curso, como se puede apreciar, ha tenido de todo para los hispalenses. Con un ojo en el campo y otro en la enfermería, a Lopetegui le ha tocado hacer malabares en dos de sus mejores líneas: la defensa y la delantera. Mientras que en la medular el equipo no se ha hundido, las lesiones en las bandas de los Navas, Acuña, Ocampos y Suso han dinamitado gran parte de la identidad agresiva por el exterior de este Sevilla. Además, Rafa Mir está funcionando a rachas, por lo que la lesión de un para colmo errático En Nesyri se ha notado en las salidas de los sevillistas.

Monchi, junto al cuerpo técnico, intervino de inmediato en otro mercado para el recuerdo. En enero el Sevilla se hizo con el 'Tecatito' Corona, talentoso mexicano al que el Porto se le quedó pequeño y cuyo nombre se relacionaba con el club de Nervión desde hace años. Además, aprovecharon la ocasión e hicieron hueco a Anthony Martial.

El equipo que queda al Sevilla, aun con las lesiones, es de traca. Yasinne Bono es, seguramente, uno de los tres mejores porteros por rendimiento de LaLiga y cuenta con el siempre eficaz Diego Carlos y el brillante Koundé. Montiel no hace olvidar a Navas y las ausencias de Acuña se notan en demasía, pero el centro del campo cuenta con buenos fajadores como Joan Jordán, Delaney y un renacido Rakitic. Por delante, se espera el regreso de la mejor versión de Ocampos mientras se vive de lo que inventa el Papu Gómez.

Lo único que resta al Sevilla es rezar para que la salud respete el último tramo de la competición y los delanteros encuentren al fin el acierto ante la portería contraria. De lo contrario, se encarecerá una clasificación a la 'Champions' que debe ser obligada para un plantel de este nivel. Si no lo consigue, no habrá procesión que libre de la penitencia a Julen Lopetegui.