Adrián Ramos da la victoria al Granada

Así es el Oviedo, un conjunto capaz de lo mejor y lo peor, lo que le convierte en una amenaza. Tiene una identidad marcada, sello de Juan Antonio Anquela, pero se sume en la más profunda irregularidad. El entrenador jienense, que abrió el segundo año rojiblanco en Primera durante el ciclo reciente, se encuentra cuestionado por el entorno carbayón y necesita que los suyos respondan sobre el césped para intentar salvar el pellejo y que su escuadra se aproxime a la parcela más dichosa. Terreno acotado en el que quieren acampar tantos.

El Granada ha pulido sus dudas con dos triunfos como forastero con una sobriedad granítica atrás y efectividad en la vanguardia, pero le queda un último paso para reivindicarse. Consiste en recuperar el sendero de las victorias ante su afición, que ha contemplado un empate ante el Numancia y una derrota con el Sporting en las dos últimas veces que sus muchachos se expusieron en Los Cármenes.

Diego mantiene el rumbo y ha conseguido taponar la hemorragia abierta en el lateral izquierdo tras la lesión de Álex Martínez gracias a Quini, eficiente a pierna cambiada. Resuelto el problema, aunque el club esté buscando una alternativa en el mercado por si acaso, al técnico gallego le quedan dos cuestiones por resolver. Una, como siempre, está en la mediapunta, el trampolín sin dueño. Si lo que observó en Tarragona le gustó lo suficiente como para darle carrete, será Antonio Puertas el que aparezca en el balcón que antecede a la plaza de Adrián Ramos. Si decide retocar el dibujo apostará por Fede Vico, un futbolista intermitente pero de buen trato de balón, interesante para situaciones de mayor control. Por las palabras de Diego en rueda de prensa, aunque con matices porque siempre están envueltas de cierto misterio, parece que el elegido será el almeriense. O tal vez jugara al póker ante los medios y su insinuación de redoblar la confianza fuera un farol.

Es una variable que afecta a detalles. En teoría, más gol y solidaridad con Puertas, mejores intercambios de pases con Vico. Aunque el incidente que sí alteraría el circuito sería que Montoro recaiga de las molestias físicas que ha arrastrado durante estos días. El valenciano consigue reponerse de todos los achaques que le diagnostican entre semana, y no han sido pocos, pero habrá que ver si le da para aguantar en las dos citas que restan de 2019, antes de un descanso navideño que se está ganando a pulso. La convocatoria, de 18, lleva a pensar que en principio está apto.

Si Montoro renquea, Alberto Martín o Nico Aguirre aparecerán en un esquema que se mantiene estable en torno al 4-2-3-1. Anquela, por su parte, se decanta por un 3-5-2 en el que la principal duda está en la retaguardia. Si entra Carlos Hernández como central, recién salido de lesión, o bien se cuela Carlos Martínez, lateral que se ha reconvertido al puesto. Como libre estará el mexicano Alanís y Christian Fernández –Bolaños en su camiseta– cerrará por el flanco zurdo. Protagonista en las dos citas de la temporada pasada, en la primera vuelta marcó un tanto en propia puerta en el triunfo rojiblanco por 2-0. En la segunda pisó a Agra y dejó el codo en la tráquea de Joselu en un choque. El lance provocó que pasara varias horas en el hospital antes de volar a Granada. Christian no fue expulsado por ninguna de ellas. Con Joselu al menos se reconcilió, pues es su compañero esta temporada. El onubense ha viajado sólo como espectador al estar lesionado.

El Granada tiene a sus dos laterales zurdos en la enfermería –Álex Martínez y Adri Castellano–, así como a Fran Rico, que sigue pendiente de la evolución de su rodilla. El Oviedo, aparte de la baja de Joselu, tiene fuera de combate a su mejor futbolista, Saúl Berjón, mientras que tampoco puede contar con Forlín. El defensa del filial Javi Hernández se quedó en Asturias debido a su expulsión ante el Almería, en la última derrota en el Tartiere, un resultado que frenó una racha de tres jornadas sumando. Sí se desplazó con la expedición Boateng, quien tuvo su etapa en el filial rojiblanco en la época de Pozzo.

Será el cierre del año en el hogar. Vencer es seguir con la cadena de mando al cuello, aunque a menudo provoque tortícolis.