Un 'set' para la reivindicación
El Granada da un puñetazo en la mesa y golea al Mallorca para salir del descenso y gritar que se quiere quedar en Primera división
Sábado, 7 de mayo 2022, 16:03
El Granada gritó en Mallorca que quiere quedarse en Primera división. Se reivindicó en un partido de muchos goles, algunos preciosos, en el que se ... llevó algo más de tres puntos. Salió del descenso, recupera la iniciativa respecto a su rival y se reivindicó cuando más falta le hacía, con orgullo ante unos infatigables 300 hinchas, aunque había más diseminados por todo el campo. Una apelación al orgullo, el sentimiento a flor de piel, que por fin llegó de vuelta desde el verde, en el que sus jugadores sí tuvieron el santo de cara ante la portería contraria. En una segunda parte trepidante, barrieron del terreno a un Mallorca que fue superior en la primera parte pero al que no le alcanzó tras el entreacto.
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Este equipo es especialista en conquistar tierras lejanas. Esta isla, además, siempre se le dio fenomenal, territorio de su último ascenso. Algún influjo tuvo, sobre todo en la segunda mitad. Tuvo ese golpe de fe en la victoria que tanto se echaba de menos. Sin necesidad de desordenarse, con los aclarados fantásticos de Jorge Molina como revulsivo, que le ha metido cinco dianas a los bermellones esta campaña, completó un 'set' a raquetazo limpio.
Mallorca
Sergio Rico; Maffeo, Valjent, Raillo, Jaume Costa (Oliván, m. 84); Baba, Salva Sevilla (Antonio Sánchez, m. 68), Kubo (Llabrés, m. 84), Dani Rodríguez (Ángel Rodríguez, m. 68); Abdón Prats (Kang In, m. 53) y Muriqi.
2
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6
Granada
Maximiano; Quini, Víctor Díaz, Domingos Duarte, Escudero (Germán, m. 77); Luis Milla, Petrovic, Antonio Puertas (Santiago Arias, m. 77), Darwin Machís (Uzuni, m. 62); Álex Collado (Gonalons, m. 62); y Luis Suárez (Jorge Molina, m. 51).
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GOLES: 0-1, m. 6: Luis Suárez; 1-1, m. 28: Salva Sevilla; 1-2, m. 47: Sergio Escudero; 1-3, m. 55: Antonio Puertas; 2-3, m. 58: Raíllo; 2-4, m. 68: Jorge Molina; 2-5, m. 78: Uzuni; 2-6, m. 90: Jorge Molina.
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ÁRBITRO: De Burgos Bengoetxea (comité vasco). Amonestó a los locales Raíllo (m. 4+1), Maffeo (m. 45+2) y Valjent (m. 67); y a los visitantes Domingos Duarte (m. 60) y Petrovic (m. 83).
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INCIDENCIAS: Partido correspondiente a la jornada 35 de LaLiga Santander, disputado en el Visit Mallorca Estadi ante 18.466 espectadores.
Tras un curso entero sin repetir alineaciones, a Karanka le ha dado tiempo a calcar una en apenas tres partidos. Coincidió con su primera impresión, la del Wanda Metropolitano, aunque el encuentro iba a tener otras derivadas.
Cualquier planteamiento lo puede desarmar el talento individual en este deporte. Con Kubo en el campo puede haber irregularidad, pero también imaginación. El japonés se escabulló gracias a un rechazo y se plantó ante Maximiano sin previo aviso, demostrando el portero su impresionante influencia como sostén rojiblanco.
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Respondió Collado con un tiro desde la frontal que se envenenó y que concluyó en córner, un servicio de pizarra que energizó al Granada. El balón, en vuelo, pasó por Domingos. Petrovic trató de orientarlo a ras de hierba, pero repelió Jaume Costa hacia la posición de Luis Suárez, que no podía desperdiciar semejante manjar entre los dientes. Lanzó duro, lo celebró con rabia y se quitó una capa de ansiedad de encima.
Los rojiblancos flexionaban su sistema, reclutando a cinco elementos en la medular, pero su centro del campo seguía siendo transparente. Nadie cerraba la cancela y con la pelota se carecía de tacto. El Mallorca comenzó a achuchar a los visitantes contra su área, que cargaron con pirotecnia. Muriqi asomó su coleta y el temblor se extendió entre la zaga.
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El kosovar es un agitador descomunal, bigardo pesado para cualquier marcador. Con los pies yerra, pero la testa la gira con violencia. Estaba el Granada más preocupado por quitarse el esférico de en medio cuando Petrovic regaló la enésima posesión y Kubo se puso los patines. Muriqi recibió de espaldas al arco y se la cedió a Salva Sevilla, que ajustó la mira telescópica y golpeó con un efecto diabólico, en forma de serpiente. El maestro almeriense aún tiene fútbol y ojo de francotirador.
Collado intentaba rebelarse desde la individualidad, pero nadie le seguía el paso, plano el Granada por fuera, con Machís ya más pendiente de perseguir a Maffeo que de quebrarle la cintura. Sin empuje por el lado de Puertas y con Suárez incapaz de ganar las disputas más comprometidas, los rojiblancos se aculaban sin remedio. De Burgos anuló un tanto por fuera de juego de Maffeo, que lo era. El defensor cabalgó en una acción posterior y luego agarró a Collado como si fuera judo en una subida de los visitantes, que tenían bastante inadvertido a Sergio Rico.
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Pocas veces un descanso resulta tan terapéutico para un equipo. Se desmelenó el Granada con una secuencia de intercambios de alta precisión en la que Escudero se echó al monte y recogió setas. Como en sus viejos tiempos en Sevilla, superó las postas con el apoyo decisivo de Puertas y concretó como si tuviera un puntero láser en la bota.
De nuevo, ventaja temprana. Suárez se quedó tieso tras una carrera asalvajada y entró enseguida Jorge Molina, que muy pronto iba a sumar una asistencia. Todo vino de una fenomenal batida con Machís profundizado hacia el alcoyano. Divisó a Puertas y le dejó el balón atrás. El almeriense, con zapatos de claqué, tocó de espuela para desconcertar a Sergio Rico y batirlo.
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Pero el Mallorca no se iba a rendir porque también se jugaba la vida. Su capitán, Raíllo, surcó los cielos desde la defensa para cabecear un servicio de Maffeo, que taladró por toda la banda. El Granada tenía que espabilar o mover el banquillo. Karanka no tardó en enmendar con Uzuni por un agotado Machis y Gonalons por Collado, para soltar a Milla un poco y poner al francés junto a Petrovic como guía espiritual.
El equipo no quería sufrir más ni amargar a su sentida afición y Molina se ajustó el frac para someter a su víctima preferida esta temporada, tras el 'hat trick' de la primera vuelta. Amplió el margen con una maniobra de delantero total que finiquitó con un lanzamiento cruzado que pilló mal colocado a Rico.
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Le tocaba encapsularse en su sector. Trasladar toda la presión al contrario. Escudero se lesionó y Quini pasó a la izquierda. Con Germán se recuperó la zaga de cinco, abierto Arias por la derecha. Se refinaba la modificación cuando Molina depuró un balón al área con sus maneras de genio y Uzuni entró al galope para marcar al fin mientras perdía una herradura en ello, rodando por el césped. Puro albanés.
Hasta el final pareció encomendarse todo a los guantes de Maximiano, al pasar del tiempo como si de la suave brisa mediterránea se tratara. Pero Jorge Molina quería más y encontró su meta en el minuto 90. Otro golazo impresionante.
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Este Granada vuelve a notar el viento en sus velas. Quedan tres encuentros más y todo puede ocurrir, pero las tornas han cambiado. Invictus Karanka, dos empates y un triunfo, ha encontrado la fórmula. Le tiene que durar hasta el final.
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