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Darwin Machís, en la acción que acabó con su gol. PEPE MARÍN
La Crónica

El Granada cae con honor ante el futuro campeón

Los rojiblancos reaccionan a su modorra inicial, por la que perdían pronto por 0-2, para firmar una segunda parte fantástica, con muchas ocasiones para al menos empatar

Martes, 14 de julio 2020, 00:05

El Granada se quedó sin puntos pero con el orgullo intacto ante el Real Madrid, al que acabó acorralando en un tramo final de ... esfuerzo titánico. Firmó una segunda mitad de honor, preñada de ocasiones, tras un acto inicial somnoliento, en el que el conjunto visitante labró una ventaja fundamental. Reaccionaron los rojiblancos tras el descanso con un arrebato mayúsculo, recortando la diferencia y cayendo con dignidad, sin cambiar el signo por su mala fortuna ante la portería, guiados por un Montoro renacido, que incitó a creer en la epopeya. Acabaron con las 'puertas a cero' de Courtois, pero sólo le soliviantaron una vez, insuficiente para detener a un contrincante que ya acaricia el título.

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Granada

Rui Silva; Foulquier (Montoro, m. 55), Víctor Díaz (Puertas, m. 46), Germán Sánchez, Domingos Duarte, Gil Dias; Ramón Azeez, Yangel Herrera (Eteki, m. 75); Fede Vico (Antoñín, m. 75), Darwin Machís (Köybasi, m. 84) y Carlos Fernández.

1

-

2

Real Madrid

Courtois; Carvajal, Varane, Sergio Ramos, Mendy; Casemiro, Valverde (Asensio, m. 63), Kroos, Modric; Isco (Rodrygo, m. 63) y Benzema.

  • GOLES 0-1, m. 10: Mendy; 0-2, m. 16: Benzema; 1-2, m. 49: Darwin Machís.

  • ÁRBITRO Santiago Jaime Latre (comité aragonés): Amonestó a los locales Domingos Duarte (m 46) y Gil Dias (m. 48); y al visitante Mendy (m. 17).

  • INCIDENCIAS Partido correspondiente a la jornada 36 de LaLiga Santander, disputado en el estadio Nuevo Los Cármenes, a puerta cerrada para el público por la pandemia.

Con la argamasa de los tres centrales, Diego Martínez procuró frescura en algunas posiciones, tras el desgaste del viernes y la inminencia del jueves. Gil Dias calzado de nuevo en el carril zurdo, Ramón Azeez de escudero de Yangel Herrera, y Fede Vico y Machís tratando de abastecer a Carlos Fernández en la vanguardia. Zidane dejó a todos sus velocistas fuera y aglutinó a cinco centrocampistas alrededor de Karim Benzema. Era aquel 'árbol de Navidad' de Carlo Ancelotti, maestro del técnico francés, un 4-3-2-1: tres pivotes (Casemiro, Valverde y Kroos), dos volantes (Modric e Isco) y el delantero galo como pértiga. El sistema 'invernal' cuajó aunque no hubiera nieve, pero sí algunos regalos a los blancos, vestidos de verde pistacho.

Mendy, ese lateral con hechuras de Nyom en zurdo, pegó un cambio de ritmo que no se veía desde los tiempos de Roberto Carlos. No contento con dejar impasible a Foulquier y sin la cadena a Víctor Díaz, a varios cuerpos, recreó al brasileño con un disparo sin ángulo, de potencia atómica. A Rui le peinó el flequillo y le limpió las telarañas.

Un gol en la primera invasión aturde a cualquiera. Si el segundo llega en la siguiente, la jaqueca se profundiza. Y eso que todo vino del primer ataque decidido del Granada, más allá de algún envío cruzado. Azeez se pidió el rol de Montoro y prolongó un esférico con acidez hacia la espalda de la defensa del Madrid, corriendo Machís al espacio, alcanzando el área con panorama para algo más y compañeros secundándole. Pero el venezolano se enredó en el regate, entregó la bola y propició un fulgurante contragolpe en rápida asociación entre Modric e Isco, tuya-mía, limpiando contrincantes como si dosificaran gel hidroalcohólico con sus intercambios, encontrando a Benzema. Si el galo hace tiempo que abandonó aquella melancolía gatuna, contra los rojiblancos se metamorfosea en tigre de Bengala. Se inclinó hacia la izquierda para perfilar el tiro y desencajó en el mismo gesto a Víctor Díaz y Rui.

El Madrid se gustó, rompiendo líneas con extrema facilidad, prolongando posesiones más allá de lo razonable, algo pasivos los locales, siempre tarde en el hostigamiento, mal dibujados sobre el tapete. El enjambre visitante controlaba el encuentro a su antojo, hasta que Diego Martínez aprovechó la pausa de hidratación para garabatear la pizarra. Ordenó una retaguardia de cuatro, con Víctor Díaz en el sector zurdo y Gil Dias devuelto al extremo diestro. Un 4-2-3-1 más ortodoxo que reconfiguró a los nazaríes y pareció sacarles del trance. Benzema ya no se escabullía con tanta frecuencia y hasta hubo un remate claro en un cabeceo de Domingos Duarte, en un centro pasado de Víctor Díaz en la continuación de una progresión.

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Modric seguía seduciendo con sus pases quirúrgicos, aunque Benzema se topó con Rui en otro intento de sacar las garras. Isco probó también tras un córner que le cayó a la frontal, pero Germán plantó un dique de contención.

Víctor Díaz se quedó en la ducha al descanso y Gil Dias retornó a la trinchera por el lado zocato, dejando a Puertas el duelo directo con Mendy. El enfrentamiento experimentó un vuelco temprano tras la reanudación, con una recuperación rojiblanca ante la que Yangel Herrera salió con gallardía e inyectó un balón al espacio para que su compatriota Machís pusiera fin al récord de imbatibilidad de Courtois. El belga no llevaba sotana ante la astucia del 'avión'.

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La diana energizó al Granada, con Puertas buscándose la vida en un pateo. Fue un poco antes de que Foulquier se sintiera molesto hasta no poder seguir. Sin laterales en la reserva, Diego decidió que había que invocar a la épica, que iba a poner a su propio 'Cid'. Saltó Montoro y de pronto los rojiblancos empezaron a replicar las conexiones ágiles y profundas del rival, que este valenciano sintetiza como nadie, aunque su carcasa le aguante tan poco en la élite. Qué habría pasado con su carrera si le hubieran respetado más las lesiones.

Azeez se puso de lateral y los nazaríes enlazaron secuencias prometedoras, como en un traslado de Puertas que Machís desorientó a ras de hierba. No es que el Madrid flojeara ni que levantara el pie en ataque, sino que el Granada se había quitado el abatimiento y volvía a su prestancia habitual.

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Zidane detectó la fuga y extrajo dos flechas del carcaj como Asensio y Rodrygo, pero el gobierno no retornó a sus filas, hiperactivo el Granada, asumiendo riesgos también. Domingos se hizo un 'Beckenbauer', incorporándose hacia el área con suficiencia e incitando a que le hicieran una falta en el límite del área que los rojiblancos no exprimieron.

Proliferaron las faltas, unas pitadas y otras no («se ha escuchado la hostia», le reclamó Montoro al árbitro en una escamoteada). La segunda pausa de hidratación, más que para beber, fue para conjurarse, ya con Antoñín y Eteki. El malagueño provocó un córner que Montoro metió en el meollo y acabó en melé. Jaime Latre lo solucionó señalando infracción en ataque, que la pudo haber por un empujón de Carlos Fernández a Casemiro.

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No había grilletes para los rojiblancos, con una volea fabulosa de Antoñín que abortó Courtois y otra inmediata que concluyó en las botas de Azeez. Le pegó bien pero Ramos apareció sobre la línea como obstáculo final. Montoro siguió diligenciando bolas, pero Gil Dias no cabeceó bien una templada.

No quería pausas el Granada, con Diego metiendo prisa, agarrado a ese desenfreno, con Germán formando parte de la avanzadilla, todos buscando fortuna, Ramos voceando improperios. En un córner en el que hasta Rui se incorporó, el balón le llovió a Gil Dias, débil en el remate.

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Con la sensación de que el empate habría dictado justicia por los méritos tras el descanso se marchó derrotado un Granada que cuando se quitó la modorra de encima fue una pesadilla para el futuro campeón de Liga. El equipo revelación del torneo, con todo mérito, se sacudió la mala imagen inicial para dejar sus credenciales de nuevo sobre la hierba. Temporada fantástica y el sueño europeo, complicado, aún presente. Quedan seis puntos en liza.

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