Manafá pasa por un pasillo de collejas que le hicieron sus compañeros. A. A.
Análisis

Qué le falta al Granada para ser competitivo

La escasa solvencia influye más en la tardanza de otros fichajes que la supuesta parálisis durante la posible compra del club

Rafael Lamelas

Granada

Sábado, 12 de agosto 2023

La supuesta parálisis mientras estuvo abierta la posibilidad de compra del Granada se ha convertido en el argumento de fuerza de ciertos aficionados para criticar ... la tardanza en los fichajes. Sin embargo, hay indicios que desmontan este lugar común y un matiz, el económico, que sí prevalece desde que se abrió el periodo de incorporaciones debido a las cargas arrastradas por amortizaciones de fichajes anteriores, no compensadas con las muchas ventas del año pasado, y las que el club tuvo que asumir con el ascenso: los pagos de las opciones de compra obligatorias de Shon Weissman (3,5 millones) y Famara Diédhiou (500.000 euros); la elevación de salarios de muchos de sus futbolistas, entre ellos otros renovados también por el salto de categoría, como Óscar Melendo, José Callejón o Alberto Perea; y los bonus a otros equipos, como en los casos de Ferreira (250.000 euros) o Meseguer (500.000 euros). Además, el Granada también ha abonado traspaso en la llegada de Gonzalo Villar (1,5 millones).

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Es demostrable que la dirección deportiva del equipo jamás se detuvo en sus gestiones durante el actual periodo estival, ni siquiera en los momentos en los que con mayor intensidad parecía factible que hubiera un traspaso de poderes entre la corporación china DDMC y el grupo norteamericano que lideraba Andrés Fassi. Un entendimiento que quedó torpedeado, según la versión del entorno del argentino, por no resolverse quién asumiría una hipotética condena al Granada en las supuestas irregularidades en el pago del impuesto de sociedades, dentro del marco de la operación Líbero, sin fecha aún de juicio.

Desde primeros de julio, por ejemplo, se destapó el interés del director deportivo, Nico Rodríguez, por Gerard Gumbau, jugador que quedaba libre del Elche pero cuyo agente ha estudiado la distintas opciones sobre la mesa antes de decantarse por la alternativa rojiblanca, siendo oficial su firma el día 27 del mes pasado. Según el dirigente rojiblanco, rechazó salarios superiores, aunque el Granada, aparte de seducirle con su proyecto, le dio cuatro temporadas de contrato.

El 6 de julio, el club anunció la venta de Butzke. El 15, la llegada de Vallejo. Para todo hizo falta la aprobación de la presidenta Sophia Yang y su consejo. Por tanto, desde hace algo más de un mes Nico Rodríguez ya podía no solo ultimar acuerdos, sino concretarlos. Si había un parón interno, había cesado. Ciertos representantes, inquietos por saber qué sucedería, ya tenían pruebas de actividad.

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Se demoró lo de Gonzalo Villar, que implicó negociación con la Roma, y también lo de Wilson Manafá, al que intentó captar el Almería, sin éxito, hasta casi el final del trato con los nazaríes. En paralelo, infinidad de movimientos en el Granada femenino y el Recreativo Granada, al que se ha ligado como secretario técnico Salva Serrano, quien fuera mano derecha de Chema Aragón, exdirector deportivo del Mirandés.

Tampoco han tenido dudas los futbolistas susceptibles de salir por boca tanto de los dirigentes del Granada como del propio Paco López. Otra cosa es que ellos hayan dado facilidades, bien porque sus agentes no encuentren propuestas que les satisfagan o porque no cubran los requerimientos de los rojiblancos, que querrán como que se hagan cargo del salario del jugador. Hay futbolistas que no se han resignado, como Bodiger, y que verse con opciones de jugar en estas primeras jornadas les ha convencido de que pueden tener un sitio. En los días que quedan de mercado habrá puertas que se abran y otras que se cierren.

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Con este guiso, el Granada tiene que hacer una «plantilla más competitiva», en palabras de Paco López. Según sale de dentro, sus palabras no cayeron como una bomba, porque todos esperaban estas reflexiones, que son compartidas. En el club asumen el peaje de no tener el grupo bien perfilado y que se han encontrado frentes complejos, más por no llegar a las pretensiones económicas de ciertos equipos que por llegar tarde a preguntar.

En estas primeras jornadas esto se puede acusar. El técnico esperará que haya paciencia. Había un plan inicial de hacer seis o siete movimientos, con cierta polivalencia para tener todo cubierto, pero ahora ese número puede oscilar. Un central, sobre todo si sale Ignasi Miquel; un lateral zurdo, salvo que Manafá sea la solución o lo de Soro se consolide; un pivote de fuerza, si se cayera Bodiger; un banda, en el hueco de Perea si se marcha; y un delantero, pues Weissman parece fuera de foco, conformarían cinco posibles roles más a desempeñar, quizás mucho sin solvencia. El 31 de agosto, con tres jornadas disputadas, veremos hasta donde da el talonario. El tope salarial es lo que pesa, sean quienes sean los dueños.

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