Foulquier, Rui Silva y Vallejo contemplan cómo José Luis Morales consigue el primer gol para el Levante en el partido del sábado. EFE

Mismos puntos, más vulnerabilidad

Comparativa ·

El Granada, ejemplo de superación, vuelve a firmar 30 puntos tras la jornada 22 de Liga, pero ha recibido siete goles más que el curso pasado y es el segundo que más recibe de Primera

Martes, 9 de febrero 2021, 00:17

El objetivo del Granada no es repetir la gesta de disputar la previa de la Europa League para participar en ella, sino consolidarse en Primera ... división. Cumpliendo esta misión, pueden llegar consecuciones mayores como las de la campaña pasada. Resultados sorprendentes que engrandezcan el proyecto de nuevo. Pero esto aún no puede ser una obligación de partida. Lo extraordinario no se puede convertir en rutinario. Por presupuesto, los rojiblancos son un club de mitad de la tabla. Aspirar a más con frecuencia implica un crecimiento en todos los aspectos, una continuidad mayor en el tiempo que está todavía por ratificar.

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Aunque esto se asuma, observar la clasificación sirve para comprobar que el equipo está exactamente con los mismos puntos en Liga que la campaña pasada. Suma 30 tras cruzar la jornada 22. Por entonces era décimo, a cuatro puntos de la séptima plaza en la que al final acabó. Ahora es octavo, con la misma recaudación que quien tiene por delante, el Betis, y a cinco de la sexta plaza, la que seguro que da acceso a una previa europea. En este caso, la de un nuevo torneo UEFA, la Conference League.

La trayectoria actual ha tenido paralelismos con la pasada también en la Copa del Rey, aunque la escuadra no pudo cruzar el umbral de los cuartos de final como en el anterior ejercicio al caer con el Barcelona y quedarse sin semifinales. Sí incorpora el sobreesfuerzo en la UEL, con tres encuentros en su fase previa y seis en la de grupos, tras la que obtuvo el pase a dieciseisavos de final como segundo, eliminatoria a doble choque con el Nápoles que empieza a partir del jueves de la semana que viene.

Hay muchos registros positivos, muchísimos, pero otro algo alarmante. Es el de los goles encajados. El Granada es el segundo cuadro más goleado de Primera división, con 36 dianas, solo superado por el Betis, que agravó su situación con el Barça este pasado domingo. Las 36 dianas sufridas por los rojiblancos suponen siete más de las que llevaba a esta altura, a pesar de sí coincidir en los puntos que almacena. Lo curioso es que también lleva un tanto menos a favor, 26. La diferencia ahora es de -10 en el 'goal-average' general; hace un año, de -2.

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La conclusión sencilla está en señalar que el Granada presenta un problema de vulnerabilidad. Su blindaje cede más a menudo que antes y se examina a los integrantes del sistema defensivo para ver qué puede ocurrir. Pero hay varios factores a considerar ante todo que atenúan cualquier reflexión. Uno, la contundencia de las derrotas con dos de los tres 'grandes' durante el campeonato: 6-1 con el Atlético (su próximo rival) y 0-4 con el Barcelona. Otro, la cadena de resultados posterior a su confinamiento forzoso, cayendo por 2-0 con la Real con una disponibilidad bajo mínimos y encajando tres goles en cada uno de sus encuentros con Valladolid (1-3), Celta (3-1) y Huesca (3-3), todos ellos contrincantes en una situación crítica en la tabla clasificatoria. En medio de ello, al menos, el triunfo con el Omonia en Los Cármenes que, a la postre, aseguró el pase a dieciseisavos de la UEL.

Hay un tercer fundamento para explicar esta aparente debilidad que quizás establezca un patrón. Además de las cuestiones relacionadas con las lesiones o la covid-19, que provocaron ausencias importantes, está la dificultad de funcionar con un permanente estrés competitivo. Jugar miércoles y domingo de manera continua, siendo la actual una de las dos semanas en la que sí ha habido más de cuatro días entre encuentros (salvedad de los parones de selecciones de octubre y noviembre), permiten concluir que gran parte de la plantilla del Granada, que procede de Segunda división, no está tan habituada a semejante exigencia. Ciertos futbolistas necesitados de su exuberancia física para rendir al mejor nivel, o que no recuperan igual que otros por matices personales o de la edad, se han visto obligados a forzar para sacar ciertos encuentros adelante.

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Jugadores como Foulquier acusan mucho esta dinámica. Del francés se conocen de sobra sus virtudes y defectos. En el lado bueno, su capacidad para profundizar por la derecha, estirar el campo y permitir que los suyos progresen avanzando las líneas. En el lado malo, ciertos fallos de colocación y concentración que a veces le retratan.

El galo, cuando está fresco, es un portento y puede corregir posicionamientos anómalos por su velocidad de reacción, pero cuando le toca encadenar partidos, se le nota más que a otros la falta de chispa, aunque sea capaz de darse una carrera de las suyas sorteando adversarios. Los malestares de Víctor Díaz han impedido una rotación provechosa en el lateral diestro. El capitán, más ordenado y pegajoso en la marca al rival, era un complemento ideal, según a Diego Martínez le conviniera la aceleración de Foulquier o el temple de Díaz. Sin embargo, esto no ha sido posible y el sevillano ha tenido pocos minutos, entre unas cosas y otras, tras la artroscopia a la que se sometió en su rodilla. Si vuelve en plenitud, es probable que también se contemple una versión distinta de su propio compañero. Oxigenarse le viene bien a todos.

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Algo así ha pasado con Carlos Neva, que tiene disparado el kilometraje y que ya rebasó su número de minutos de toda la campaña anterior. Adrián Marín le sustituyó en Valencia, pero este se encuentra bastante corto de mecha aún. Aun así, el gaditano ha mantenido el listón alto en cualquier torneo en el que le ha tocado lidiar. Su renovación es un premio a su esfuerzo titánico.

Otro al que le ha afectado el cansancio es a Germán, al que tampoco le vienen bien situaciones incómodas por detrás en el marcador. El Granada se expone más así y tiene mayores recorridos por atrás. Diego acude a él también en coyunturas dramáticas para intentar que se incorpore como un delantero más. También ha generado debate el rendimiento de Vallejo, que es otro de los que pasó la covid y que ha tenido que ayudar bajo otros roles, tanto de lateral derecho como de pivote.

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El Granada está en reserva pero ha seguido mostrando su espíritu hasta en medio de tanta fatiga. Rompió aquella crisis con los colistas con un 3-3 en los últimos segundos con el Huesca que varió el paso. Salvó un punto en Villarreal cuando parecía zozobrar, en parte agarrado a ese porterazo que es Rui Silva. En Valencia, con el Levante, el portugués volvió a aparecer, sin inmutarse por los debates del entorno sobre su salida futura. Él sigue siendo el cancerbero ideal de Diego Martínez y le corresponde con paradas de mérito. Soldado puso la guinda con su cabezazo a un nuevo ejemplo de perseverancia.

Los 36 goles en contra no se pueden borrar, pero tampoco los fundamentales 30 puntos, por mirarlo con otra óptica más positiva. Es lo que cuenta al final, lo que eleva o rebaja en la escalada entre los 20 clubes de Primera, porque lo primero es asegurar la permanencia. Lo demás, el cuerpo técnico lo estudiará. Recuperar a la tropa y encarar lo que viene, que no es poca cosa. Llega el Atlético, aquel con el que sufrió un 6-1 a las puertas de la victoria en Malmö. Aterriza en Los Cármenes como líder unos días antes de que el Nápoles visite el mismo estadio. El Granada tendrá que bifurcarse. Los colchoneros, también, que tienen Champions. Vuelve el estrés tras esta semana con algo de asueto.

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