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San Emeterio protesta su expulsión al árbitro Díaz de Mera Escuderos. RAMÓN L. PÉREZ
La Crónica

Un punto contra la corriente

El Granada se queda seco tras la expulsión de San Emeterio en el primer tiempo y depara una cita sin ocasiones

Lunes, 28 de enero 2019, 00:19

Hay días tontos en los que las circunstancias ponen muy difícil ganar. Esos días, dicen los doctos, al menos no debes perder. Le pasó ... al Granada, que nunca descompone su figura aunque las cosas le vengan mal dadas. Mientras atendía a cómo abordar a un ordenado Extremadura sin la ayuda de su cerebro Ángel Montoro, se encontró con la expulsión de su socio habitual en el centro del campo. San Emeterio dejó ir su mano hacia atrás en un córner y topó con el rostro de Fausto Tienza, que cayó al césped, quejoso. Si iba con la fuerza suficiente, sólo ellos y los testigos cercanos lo saben. Es posible. Manotazo hubo y el árbitro, el mismo que sacó una roja directa a Víctor Díaz en Alcorcón, le mandó a los vestuarios antes de tiempo. Los rojiblancos lamentaron que les escamoteó un penalti previo sobre Pozo. Vadillo, mientras tanto, se volvió a topar con el palo en una falta, como pasó en el partido anterior. El equipo se quedó seco desde lo de 'San Eme', aunque al menos no flaqueó atrás. Quiso llevar la iniciativa pero sin grandes riesgos, ante un rival que firmaba el pacto de no agresión desde los prolegómenos.

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Granada CF

Rui Silva; Víctor Díaz, Germán, Martínez, Quini; Fede San Emeterio, Alberto Martín, Vadillo (Ojeda, m.64), Pozo (Antonio Puertas, m.68); Fede Vico (Nico Aguirre, m.56); y Adrián Ramos.

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Extremadura UD

Casto; Aitor, Pardo, Borja Granero, Pomares; Fausto Tienza, Zarfino, Nando (Diego Capel, m.66), Olabe (Javi Álamo, m.87); Chuli (Willy, m.78) y Kike Márquez.

  • GOLES No hubo.

  • ÁRBITRO Díaz de Mera Escuderos (colegio castellano-manchego). Expulsó con roja directa al local Fede San Emeterio en el minuto 37 de partido. También amonestó a los locales Adrián Ramos y Ojeda así como a los visitantes Kike Márquez.

  • INCIDENCIAS Partido de Liga disputado en el estadio Nuevo Los Cármenes ante 11.391 espectadores (cifra oficial). Antes del inicio del encuentro se guardó un minuto de silencio en memoria del niño Julen, fallecido en la localidad malagueña de Totalán.

No hubo disparos a puerta, fórmula básica para que el marcador cambiara. La sala de máquinas convulsionó sin sus titulares. La falta de Montoro privó de pases comprometedores entre líneas. El hueco de San Emeterio se solucionó con un esfuerzo gremial en el repliegue de todos y un cambio de sistema: tres centrales, carrileros largos y Vico y Vadillo de volantes, que se vinieron abajo muy pronto ante tanto esfuerzo de ida y vuelta. Para colmo, Pozo se lesionó y dejó de surcar la derecha para dejar espacio a Puertas que, lejos del área, obligado a mantener el sitio, pierde influencia en los sectores donde realmente es peligroso. Pese a todo, nadando a contracorriente, el Granada agregó un punto guardando la ropa. Ni tropezó ni batieron su portería.

La suma supo a miel al Extremadura, pues no expuso nada, nostálgico de su goleador Enric Gallego, más pendiente de mantener el sitio y salir escasamente a la carrera, pero sin desvestirse. Al Granada le vuelve a poner solo en el liderato, pero la renta se aminora ante la terrible salida a Pamplona y la recepción en Los Cármenes al Deportivo, tercero en la clasificación. Debutó Dani Ojeda, que se conectó a la situación de debilidad con buenas intenciones, aunque sin encontrar despejado el camino hacia Casto. Los de Almendralejo también supieron cerrar filas.

Vídeo. Resumen del partido. LALIGA 123

Díaz de Mera

El encuentro arrancó con unos rojiblancos apresurados en buscar a Vadillo y Pozo por fuera, intentando desgastar al Extremadura. Que Díaz de Mera, el árbitro, podía acaparar protagonismo se percibió en los primeros minutos, cuando le pitó una falta a San Emeterio después de que dos contrarios cayeran al chocar con su espalda sin él hacer nada. En otra acción de estrategia, Vadillo ya lució disparo. Pardo desvió el balón con la cabeza.

San Emeterio tuvo su primera pifia en una pérdida en el balcón del área que toleró la llegada de Chuli, aunque se interpuso Martínez. Los de Rodri presionaban fuerte y tocaban sin prisa, mientras el Granada buscaba envíos por detrás de la retaguardia enemiga. Pozo controló uno con sutileza pero fastidió el gesto con un tiro defectuoso. Más tarde se escabulliría por la línea de fondo y Aitor le cazó, pero para el colegiado no hubo nada. Otro penal al limbo, como le pasó a Vadillo contra el Elche.

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El gaditano anda rabioso porque el esférico no le entra y bien que lo intenta en cada compromiso. Si el poste repelió su lanzamiento el lunes pasado, el larguero hizo de dique ayer, con Casto superado. Víctor Díaz también probó su potencia tras el saque de un córner, con una patada de kárate a la bola que se fue desviada a córner.

Apenas hubo problemas para Rui Silva, más allá de algún saque de esquina y un puñado de centros sin destino. La situación invitaba a la paciencia, hasta que ocurrió lo de San Emeterio. Su movimiento no vino a cuento aunque careciera de ferocidad. El ambiente se enardeció y Fede Vico se tuvo que ir a alimentar la caldera hasta los arreglos que llegaron en el descanso.

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La segunda mitad trajo un profundo retoque en el dibujo. Víctor Díaz protegió el rancho junto a Germán y Martínez, mientras que los demás intentaron desplegarse a pesar de la inferioridad numérica. Fue entonces cuando se acusó la falta de un futbolista que agilizara los intercambios de pase, que estos fueran más verticales y dañinos. Todo quedó en manos del talento individual en el uno contra uno, como intentó Pozo, pero cada llegada se esfumó por el fondo, bien en saque de meta o en la esquina, sin conseguir un remate limpio entre los extremeños. Entró Nico Aguirre por Fede Vico, de manera que el argentino se ocupó de su teórica posición ideal , la de volante. Pero volvió a esa versión descafeinada del último día, sin proyección, timorato para asaltar al adversario. Nadie quería salir retratado por un error no forzado. La falta de atrevimiento general, visible entre los centrocampistas sobre todo, provocó que el partido se volviera empalagoso, horizontal, con el Granada carente de una pieza que amplificara el plan de salida y el Extremadura acomodado en el retén.

Diego se agarró a Dani Ojeda, que trató de combinar con Adrián Ramos, incansable el colombiano como siempre, pero sin peso en el área contraria. El canario revoloteó lo que pudo, mientras el Extremadura ponía alguna ficha más sobre la mesa con la entrada de Diego Capel. Apenas mejoraron en vanguardia. Germán contuvo bien a Chuli, pero sus compañeros seguían sin aumentar la producción ofensiva.

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Galería. Búscate en las gradas. PEPEP MARÍN

La grada mantenía el mosqueo con el colegiado, aunque la principal frustración venía de que el esférico seguía en la franja ecuatorial, sin inquietar a los porteros. Vadillo, desde el banquillo, se llevó una amarilla por protestar, mientras el equipo seguía con su espíritu luchador, pero sin hallar una veta.

Hubo jornadas sin apenas bajas y ahora el Granada tendrá que ir al Sadar sin San Emeterio y con las dudas de Montoro y Pozo. La fiabilidad de la plantilla se volverá a poner a prueba, salvo que el mercado arroje alguna prenda extra.

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