Plebiscito en Los Cármenes
El Granada intentará frenar a la Real y aplacar a un público cabreado con plantilla, cuerpo técnico y directiva
Día de lluvia y tarde de plebiscito en Los Cármenes. Vuelve el Granada a su estadio ante un público cabreado con plantilla, cuerpo técnico y ... directiva. El modo de expresarse es la incógnita, tras una semana en la que el director general del club dio la cara frente a los representantes de las peñas del equipo. Llega la realidad deportiva y la ebullición que rodea un encuentro, en una olla en la que entran muchos gramos de frustración. Aparece la Real Sociedad, un conjunto que acaba de ser eliminado de la Liga de Campeones, dispuesto a concentrarse en el campeonato nacional para intentar repetir la experiencia europea.
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Los rojiblancos vienen de un bochorno en Villarreal. La peor actuación de la temporada en el momento más inoportuno, cuando era necesario no perder comba de una clasificación que es ficticia hasta que no se actualice con la cita pendiente frente al Valencia, pero que refleja una distancia considerable respecto a la salvación. Hasta el más optimista de los seguidores nazaríes empieza a asimilar que el Granada se precipita hacia el descenso de categoría, pero puede caer noqueado o resistiendo hasta el final, convirtiendo cada batalla en un ejercicio de resistencia. Para ello no puede tolerar que el primer gol siempre lo meta el rival y que sea casi siempre en la primera parte, aumentando las inseguridades y mostrando una vulnerabilidad preocupante.
En casa, al menos, solo ha ganado el Atlético de Madrid desde que empezó 2024, pero a los rojiblancos no les basta con empatar. Alexander Medina tiene que ser capaz de encontrar mejores soluciones porque también se juega su futuro. En el vestuario habrá muchos futbolistas que cambiarán de aires, por voluntad propia o sin ella, pero también quedarán supervivientes y son ellos los que tienen que mostrar su identificación con el proyecto, que serán los primeros en remar hasta el final y durante la campaña venidera.
Es, por tanto, un acto de profesionalismo, de vergüenza torera. El preparador charrúa no podrá quejarse de falta de disponibilidad de futbolistas. Los tiene a todos, salvo al inhábil Vallejo, por lo que puede dibujar el trazo que quiera con quienes desee. Lo normal, que Bruno Méndez aparezca como titular, previsiblemente junto a Ignasi Miquel, y que Gerard Gumbau tenga opciones de aparecer en el centro del campo, veremos si junto a Sergio Ruiz y Martin Hongla. El sacrificado sería Gonzalo Villar.
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En las posiciones ofensivas, Medina también puede arreciar de muchas maneras. Complicado discutir la presencia de Lucas Boyé y Facu Pellistri, uno como ariete y el otro como extremo, pero es posible que Theo Corbeanu le gane la partida en la banda izquierda a Myrto Uzuni. El canadiense viene de ser el más decente en La Cerámica, gol incluido, y el hecho de ser un extremo natural permitiría un esquema más equilibrado, un posible 4-3-3 que emularía el de la Real Sociedad. Para el Granada no hay otro objetivo que ganar y persistir, sea con quien sea. La Real tampoco puede caer en la melancolía tras sufrir la exuberancia de Kylian Mbappé. Saldrá con lo mejor que tiene para subir peldaños hacia la zona noble. La causa de los nazaríes es más modesta, pero de extrema necesidad. El grado de tolerancia de la hinchada se chequeará también.
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