Gino Pozzo, anterior máximo accionista del Granada, se alegró de la salida de John Jiang del club y la irrupción, sin filtros de por medio, ... de la empresa DDMC como propietaria real y mayoritaria de los rojiblancos. El italiano consideraba que la mercantil china estaba dirigida por gente seria, con la que sería más fácil que se enjugara la deuda pendiente en el proceso de venta de la entidad. Sin embargo, los meses han pasado y nada se ha movido al respecto, con lo que el transalpino está con la mosca detrás de la oreja y mucha pasta pendiente de cobrar. Se habló de unos 15 millones, pero podría ser mucho más entre intereses y otros aspectos.
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Gente que lo conoce alerta de que el tema ya estaría judicializado y que ni siquiera se puede descartar el escenario que permita que recupere una buena parte del control del equipo de nuevo. Un supuesto asombroso que chocaría con la aparente línea de viabilidad que se quiere instalar entre los nazaríes tras la llegada de la nueva consejera, Patricia Rodríguez, quien se pronunció en términos optimistas en el digital '2playbook', dedicado a informaciones sobre el fútbol como negocio. Aunque participa en el día a día del Granada y no le importa intercambiar impresiones de manera informal con los periodistas, todavía no ha concedido una rueda de prensa o una entrevista en profundidad en el ámbito local para explicar los pormenores del proyecto actual. Pidió unas semanas de adaptación antes de dar ese paso.
Un movimiento semejante de Pozzo alteraría una situación aún tensa entre la nueva dirigente y el director general, Antonio Fernández Monterrubio. El sevillano tiene una relación cordial con el italiano, con el que tuvo que negociar operaciones como la de Machís, Luis Suárez o la más reciente de Domingos Quina, por lo que no sería descabellado pensar que pudiera delegar su confianza en él si volviera a agarrar las riendas. A pesar de que DDMC ha sido un conglomerado sólido en los últimos años, con intervención en la explotación de derechos televisivos en su país, es cierto que la debacle económica del Chongqing Lifan y del fútbol chino en general invita a pensar que las cosas no son boyantes de momento. Rodríguez se ha concentrado en conocer por dentro el Granada y ha priorizado en renovar a Diego Martínez, pero al tiempo se ha paralizado el plan de ampliación de la ciudad deportiva hasta que se reformule de nuevo. La incertidumbre prosigue entre bambalinas y el entrenador sigue sin decidirse hasta meditar bien hacia dónde irá el proyecto y saber en qué idioma habla el 'jefe'.
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