Ni el plan A ni el plan B

Guste más o menos a los aficionados, entre los que muchos no entienden la titularidad de Yann Bodiger, los rojiblancos tienen una alineación que sale de carrerilla. En ella son fijos Myrto Uzuni y Shon Weissman como pareja de delanteros, de vuelta tras haberse marchado con sus selecciones en la jornada anterior. Sin embargo, los designios de la malafollá quisieron que el equipo fuese a perder con ellos en el campo después de haber salvado la papeleta contra el Oviedo con Famara Diédhiou, Antonio Puertas y Alberto Soro (que por poco no vuelve Germán del Racing, como en tiempos pretéritos) alternándose el ataque. Igual la derrota contra el Sporting rebaja la preocupación por un hipotético 'play off' sin ellos.

Titulares tanto Uzuni como Weissman, la desconexión que ambos sufrieron con respecto al juego durante el primer tiempo vino explicar que las dificultades que hubo contra el Oviedo sin ellos no se debieron a sus ausencias sino a lo que ocurre más atrás, concretamente en el centro del campo, donde al Granada no se le termina de reconocer. Paco López apuesta por Pol Lozano y Yann Bodiger ahí, pero ninguno acaba por hacerse con el mando ya que ni tan siquiera puede decirse que mejoren lo que pasa por ellos. En Gijón, Víctor Meseguer volvió a verlo todo desde el banquillo.

Weissman no duró más que una hora sobre el césped, frustrado por Cuéllar antes del descanso en una acción en la que para colmo el linier levantó el banderín aunque estaba en posición legal, y Uzuni sí consiguió al menos enchufar un par de remates dentro del área con El Molinón ya inclinado hacia la portería del Sporting. Una se le fue a la cruceta y otra, mansa a las manos del portero. Regaló una tercera ocasión a Carlos Neva, pero el gaditano la mandó altísima, como si ya hubiese gastado su cupo de goles esta temporada.

Consumidos los quince minutos que Paco López había dado a sus titulares para reaccionar en la segunda parte, el entrenador ejecutó un triple cambio para meter a Bryan Zaragoza, Alberto Perea y Antonio Puertas. Es decir, más o menos los de siempre para hacer lo que más o menos suelen hacer siempre que se les requiere: alborotar los partidos en los que no pasa mucho para ganarlos en los últimos minutos, sin acierto esta vez. Le puso particular empeño Bryan, que al poco de entrar forzó casi sin querer una tarjeta amarilla a Cote, su marcador, así que trató de castigarle todo lo que pudo. Menos apareció Puertas, que jugó veinte minutos de delantero centro y diez de lateral derecho.

Famara Diédhiou entró en la recta final como el último clavo ardiendo al que agarrarse pero apenas hizo más que llevarse por delante a un central, Bruno, no precisamente pequeño, en un impacto casi automovilístico. En pleno acoso y derribo, la pelota paraba cada vez menos por la medular y fue Melendo quien acabó ahí junto a Bodiger. El mediapunta catalán, que acabó tieso, dejó solo a Uzuni en una ocasión y poco más. Ningún plan le fue demasiado bien.