Paco López, en su despedida: «Estos jugadores van a pelear la salvación hasta el final»
El ya exentrenador del Granada dice adiós tras su despido arropado por plantilla, cuerpo técnico y numerosos empleados del club, con mensajes de agradecimiento y alguna reflexión: «Mi principal objetivo en pretemporada era llegar al mercado de invierno. Entendíamos que teníamos que reforzarnos»
Paco López tuvo una digna despedida del Granada tras su cese. El valenciano compareció en la sala de prensa del estadio de Los Cármenes, que ... no solo estaba atestada de periodistas. Le arroparon su cuerpo técnico, la plantilla del equipo –salvo Bryan Zaragoza y Jesús Vallejo– y numerosos empleados del club, de todos los niveles. «Madre mía», le salió de dentro. De la cúpula de mando, solo el director deportivo, Matteo Tognozzi. Ninguno de los consejeros apareció.
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López dedicó la primera parte de su comparecencia, improvisada, a mostrar un agradecimiento profundo a la afición rojiblanca, sus futbolistas, auxiliares y todas las personas de la entidad que contribuyeron a su llegada –incluyendo a los dirigentes y propiedad– y que le ayudaron en la gran consecución de su etapa al frente, el ascenso a Primera división. «Estos jugadores van a pelear la salvación hasta el final», aseguró. Luego, a preguntas de la prensa, no profundizó en reproches, pero sí se abrió sobre algunos aspectos. «Seré sincero; mi principal objetivo en pretemporada era llegar al mercado de invierno. Entendíamos que teníamos que reforzarnos», aclaró. Fue algo que no había hecho público antes por un motivo: «Todo lo que pudiera perjudicar al club no lo íbamos a decir jamás fuera del ámbito privado».
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Paco López había tenido la oportunidad de hablar con sus futbolistas, pero no sabía que le iban a respaldar también durante su parlamento. «No me esperaba tener aquí a mis jugadores, porque me sigue saliendo 'mis'. Cuando salga de aquí, trataré de cambiar, aunque para mí siempre serán así. Ver a tanta gente, a periodistas, plantilla, trabajadores... Más allá de los resultados, seguramente significa que ha habido 'feeling'. Es de lo que uno se siente orgulloso», refirió.
Los agradecimientos fueron numerosos, sobre todo a los seguidores, de los que nunca ha percibido reproches. «Hemos estado un año y poco en Granada, pero nos vamos a marchar con la sensación de haber estado mucho tiempo», expresó.
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En la parte de análisis, el mercado de enero estuvo presente. «Tengo que ser realista. Era mi obsesión porque entendíamos que necesitábamos reforzarnos», abundó. «Yo creo que lo sabíamos todos. Todos nos podemos equivocar, pero mi obligación no era decirlo y no quería que pareciera una excusa, pero sí lo teníamos en mente, porque el equipo lo necesitaba y lo necesita. Hasta los mismos jugadores lo saben porque ellos mismos quieren ganar», aseveró.
Tras el partido en Vitoria, ya intuía lo que iba a pasar su cese pese al refrendo de la dirección en las últimas semanas. «Ya llevo años en esto y lo normal es lo ocurrido. Había dos situaciones: si de verdad crees en el cuerpo técnico que hay pese a los malos resultados, llegar hasta el final con él; si no, sabía que tenía fecha de caducidad», reflexionó.
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Reconoció que hubo momentos «difíciles». «Era normal perder más partidos en Primera que en Segunda, pero aun con esas fases, me quedo con lo bueno. Uno trata de quedarse con lo bonito. En esta ciudad, la mayoría de lo vivido es positivo, también con los jugadores ha sido fantástico», regaló.
Diego Martínez calificó el banquillo del Granada como una silla eléctrica antes de su ciclo. «Si lo dice él, con lo que consiguió... Pero esto no pasa solo en el Granada. Cada vez hay más entrenadores. Somos muchos y las exigencias son muchísimas. No es fácil lo de Simeone, lo de Arrasate, lo mío en el Levante... Hay mucha urgencia. El entrenador, máximo responsable, asume las consecuencias. Me gustaría que se analizara más el trabajo que el resultado, pero es imposible. Lo importante es hacer un equipo que crea. Si lo consigues y logras que sea así», valoró.
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No quiso 'disparar' contra nadie. Incluso agradeció a Tognozzi su presencia: «Cada uno, desde su rol, intenta que esto funcione. No me corresponde valorar lo demás. En este club, todo el mundo quiere que esto marche. Pero es como todo, unas veces estás más acertado y otras no». «Como cuerpo técnico, nos hemos dejado el alma porque fuera bien y los resultados no han salido», adosó.
Lamentó las semanas en las que desde el entorno se ha cuestionado su figura, «las peores también para la plantilla; aunque quieras aislarte, no puedes». También se resignó en cómo está montado el fútbol y la inseguridad de los técnicos, con la excepción de Arrasate hace años, «que iba penúltimo con Osasuna y terminó bien». «Si hubiera pasado aquí, creo que el equipo se habría salvado porque conozco a los jugadores. No hemos tenido esa pizca de suerte, con independencia de los errores. Van a pelear la salvación hasta el final. Los motivos que le doy a la afición para creer es que tienen unos jugadores comprometidos e implicados, que dan su máximo en los entrenamientos. El clima de positivismo, de creer... Transmiten energía y empuje. Ellos creyeron y lo darán todo», esgrimió.
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Su mejor recuerdo, el de la Fuente de las Batallas hasta arriba de gente «feliz». «Jamás lo olvidaré», apuntó. Y al despedirse, tras dos ovaciones, una moraleja a todos: «Gracias y seguir disfrutando del fútbol».
Matteo Tognozzi, único dirigente presente
Solo el director deportivo, Matteo Tognozzi, se personó en la rueda de prensa de despedida de Paco López. El técnico tuvo palabras de agradecimiento también para él por estar allí: «Hemos trabajado tres semanas juntos y hemos coincidido en muchas cosas. Como responsable del club de los que están aquí, decirte que entiendo la decisión y que soy el primero que quiere lo mejor para el club. Ojalá este cambio sirva para que el Granada se quede en Primera. Estos (los jugadores), lo darán todo«. »Gracias a los que hicieron posible esto. A la directiva, a los miembros de la propiedad... Agradecimiento profundo a los que nos han cuidado este tiempo. Esa gente 'invisible' que ayuda muchísimo en la Ciudad Deportiva...», repasó, con apartes para su cuerpo técnico («se han dejado la vida»); jugadores («por vuestro compromiso y aguantar mi vena cuando se subía»); la familia, en especial a su mujer («siempre ha visto el fútbol entre los aficionados, fuera de los palcos») e hijos («los tengo lejos»). A gente como Antonio Viola, Paco Morales y Manolo Lucena, así como a Víctor Díaz en nombre de todo el vestuario: «Tenemos el mejor capitán que puede tener un equipo de fútbol. Cómo ayuda a los compañeros, a todo el mundo... No cambies».
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