Luis Milla pugna con Lucas Vázquez. REUTERS
La Crónica

El orden no es suficiente

Un voluntarioso Granada cae con un Madrid al que incomodó pero al que no pudo hacer daño

Miércoles, 23 de diciembre 2020

El Granada hizo un partido casi perfecto sin balón, pero ese 'casi' es demasiado ante el Madrid. En unos minutos aislados de virtuosismo ofensivo, ... los blancos encontraron el gol en el segundo tiempo y supieron mantener el rumbo. Los nazaríes perdonaron su mejor ataque del partido durante el primer minuto, romo Puertas en una solución aparentemente sencilla. Anularon la exuberancia de los de Zidane, pero al Madrid le sobra con un puñado de gestos para salir guapo en la foto. Hubo entrega en los rojiblancos, que añoraron la intrepidez de Machís. Pocos reproches caben a su trabajo, a su organización, pero ante los colosos, salvo en días de dejadez, suele hacer falta un poco más. Una alineación planetaria que no se dio. Inspiración y detalle para acabar las jugadas en el campo ajeno. Benzema puso una pica en el epílogo para deparar el 2-0 definitivo. 13 tantos en 15 encuentros ante los de rayas horizontales. 'Agonioso' hasta cuando todo está decidido.

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Real Madrid

Courtois; Carvajal, Varane, Sergio Ramos, Mendy; Casemiro, Fede Valverde (Vinicius Jr., m. 78), Toni Kroos; Lucas Vázquez (Isco, m. 78), Rodrygo (Asensio, m. 38) y Benzema.

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Granada CF

Rui Silva; Foulquier (Quini, m. 73), Domingos Duarte, Vallejo (Germán, m. 84), Carlos Neva; Yan Eteki (Luis Suárez, m. 63), Luis Milla, Yangel Herrera; Antonio Puertas, Kenedy (Soro, m. 63) y Roberto Soldado (Jorge Molina, m. 73).

  • GOLes 1-0, m. 57: Casemiro; 2-0, m. 93: Benzema.

  • ÁRBITRO Juan Martínez Munuera (comité valenciano): Amonestó a los locales Lucas Vázquez (m. 17) y Carvajal (m. 81); al visitante Foulquier (m. 27); así como al entrenador, Diego Martínez (m. 45+2).

  • INCIDENCIAS Partido correspondiente a la jornada 15 de LaLiga Santander, disputado en el estadio Alfredo Di Stéfano, sin público en las gradas.

Diego Martínez le dio cuatro retoques a su alineación. Optó por lo natural en la media, con Eteki por el sancionado Gonalons, y se decantó por la velocidad de Vallejo como central en detrimento de Germán, más poderoso por alto. Para compactar mejor al equipo, dos extremos puros con tendencia natural a subir y bajar, Puertas y Kenedy, protagonistas en la primera acción de gol del partido, solo 25 segundos después del arranque.

El brasileño apretó a Varane y forzó un rechazo que capturó Soldado, con verde por delante para correr sin vallas. Se plantó en el área y tomó la mejor decisión: tocar en corto para que Puertas culminara, con la mejor perspectiva del arco de Courtois. Sea porque el balón vino botando como un conejo o porque colocó el cuerpo como un 'madelman', el caso es que el almeriense chutó como si en vez de pierna tuviera un azadón, lanzando un tiro altísimo con todo el marco de cara. Se acordaría después, aunque trató de compensarlo con trabajo a destajo.

La acción sí retrató un síntoma del primer acto. A poco que se entretuviera el Madrid, ahí que iba el Granada con el cuchillo en la boca, sobre todo en el lado de Varane, soluble frente al hostigamiento. Lo rojiblancos supieron dar pasos al frente pero también para atrás, anestesiando el juego ofensivo de los blancos. Benzema solo se escabulló en un par de ocasiones hasta el descanso. En la primera, poco después de la pifia de Puertas, exigió una estirada gatuna de Rui Silva.

Con las líneas prietas, el Granada conseguía no sufrir en demasía, escalonando sus ayudas en un mecano perfecto. Revolvía Lucas Vázquez, en intercambio continuo con Carvajal, y sacaba el puñal Rodrygo, pero los rojiblancos parecían multiplicarse como esporas. Kroos se sentía huérfano sin Modric y facilitaba la celada de los visitantes. A falta de mayor creatividad por dentro, los rojiblancos percutieron por el lado de Kenedy, que testeó a Courtois con la derecha y directo desde un córner, atento en ambos lances el belga.

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Con Benzema bajo varios candados, Rodrygo se intentó soltar en un contragolpe en el que Foulquier le cargó y concluyó cayendo en el área, sin parecer punible ni siquiera para falta fuera del sector. Pero el joven extremo sintió un mordisco en la parte posterior y pidió el cambio. Asensio salió sin calentar.

La concentración se mantuvo en las filas granadinas. Un ejercicio generoso de fidelidad a sus virtudes, que casi les permite cantar bingo en un saque de falta de Milla. Vallejo golpeó al balón sin marca pegajosa, aunque con el hombro. La bola fue a la posición de Puertas, que se enredó con el esférico; daba igual, había fuera de juego. En una repetición, se vio que Casemiro agarró a Yangel Herrera. Nada cobró Martínez Munuera ni hubo invocación del VAR.

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Hubo un susto de Domingos al filo del descanso, dolorido, justo cuando el Madrid apretó en un par de ataques. El propio portugués salvó uno en el área pequeña. Los suyos alcanzaban el ecuador impolutos y la pausa le vino bien para recuperarse.

Nada cambió en el Granada, ni en jugadores ni en actitud. Si cabe, más agresivo y valiente se perfiló. Una lucha de poder a poder, con dominio alterno, hasta que el Madrid sopló el cuerno. Todo lo desencadenó Asensio, con una espuela que dio en el poste. Kroos sacó la munición y Rui puso el escudo. Valverde repitió y de nuevo el luso emuló al Capitán América. Benzema cerró con una mala palanca.

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Se arrugaba el Granada y lo detectaron los de blanco. Asensio llegó hasta el fondo y colocó un centro para que Casemiro picara el balón a la red con la testa, en la mismísima área pequeña. Hasta las sustituciones involuntarias le salen a Zidane. Una ventaja capital en un encuentro tan cerrado.

Puertas tuvo un chut aislado sin hallar red y Diego buscó más pegada con Soro y Luis Suárez, de entendimiento mutuo por su pasado reciente en el Zaragoza, pero nada les salió. El entrenador eliminó a Eteki, voluntarioso pero deficiente con el balón, y a Kenedy, que ya no estaba para recorridos completos.

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Al Madrid la ventaja le quitó prisas y le aportó precisión, pero el resultado corto concedía posibilidades al Granada. Le faltaban argumentos a los rojiblancos para alterar su suerte, acodado el Madrid, estable.

Con Quini y Molina se entró en la recta final, con la exigencia de más riesgo. El VAR verificó un disparo de Molina que le dio a Casemiro en el muslo. Zidane retiró solidaridad entusiasta (Valverde y Lucas Vázquez) y metió fantasía en fase de depresión (Isco y Vinicius), mientras los nazaríes lo intentaron hasta desaliento, hasta con Germán, de últimas, portando el ariete. Todo desembocó en progresiones precipitadas, sin capacidad de demolición. Ese tipo de destapes en los que el Madrid suele aprovechar para maquillar el resultado. Benzema se vio ya sin lazo y añadió una muesca más para reafirmarse como 'bestia negra' del Granada. Hay cosas que cuesta trastocarlas. Los rojiblancos llevan 46 años sin vencer en terreno blanco. Ni en el Bernabéu, ni tampoco en la ciudad deportiva de Valdebebas.

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