La triple corona de ascensos en rojiblanco

El contexto que se toparon estos asturianos fue muy distinto. Días después de su presentación, tras ser despedidos todos sus predecesores, varias decenas de aficionados se concentraron en la plaza del Carmen para protestar principalmente contra los representantes de la propiedad del club, a los que se les acusaba de los errores que habían llevado al primer equipo masculino al descenso a Segunda, justo después de la era EuroGranada. La concentración no fue tan masiva como se esperaba, quizás aplacada por la rápida aparición de dos nuevos ejecutivos, que sirvió de acto público de disculpa de la entonces consejera Sophia Yang, luego presidenta. Aun con ello, el ambiente se mantenía hostil.

García Amado trasladó unas garantías económicas en la entidad que no eran tales. El club necesitó reestructurarse con ventas para ser solvente y alcanzar su primer logro económico: tener el tope salarial más alto (que no el mayor presupuesto). La revolución fue palpable en el Granada en cuanto a plantilla, con cambio de técnico en el camino, aunque no tanto en el Recreativo y el Femenino. Ambos sostuvieron sus estructuras previas, tanto en el vestuario, con Milla y Lamesa, como en los despachos. Un voto de confianza que este fin de semana ha encontrado sus frutos. Hubo momentos de duda por los resultados en los que se redobló la apuesta. Todo culminó con felicidad.

En la temporada 2013/14, ya coincidieron los Granada A masculino y femenino en Primera y el filial de los chicos en Segunda B (la actual 1ª RFEF), pero no saltaron de forma simultánea. El mérito actual es indudable, pero la dificultad no es solo llegar, sino mantenerse. Para ello, hacen falta cimientos fuertes y unas instalaciones acordes, tanto para jugar como para competir. El estadio se ha quedado pequeño para la masa social. Puede que la ampliación prevista en gradas para la Ciudad Deportiva también. Cada finde, un espectáculo de acontecimientos deportivos. Qué momento. Quién lo iba a imaginar.