Regalos temerarios
La otra mirada ·
El equipo muestra una bipolaridad que, de momento, no le da para estar en los puestos con billete a Primera; su inexcusable obligaciónLa falta de eficacia ante la portería rival condenó a un Granada superior que se dejó dos valiosos puntos en casa ante el Cádiz. El ... conjunto rojiblanco fue mejor que el equipo gaditano, controló el partido y tuvo en la falta de acierto de cara al gol el hándicap que supuso su condena. Lo tuvo todo en su mano: presión, trabajo, ocasiones y un adversario timorato que se encontró un inmerecido y triste empate. Esta generosidad de los granadinos en su estadio es temeraria. El Granada ha sumado once puntos de 24 posibles en Los Cármenes. El dato es el que es y deja a las claras que este equipo no es nada fiable en el recinto deportivo del Zaidín. De los ocho rivales que han pasado por estadio granadino, por el lugar en el que edificar el ascenso, solo se marcharon de vacío tres: Córdoba, Tenerife y Eldense. El resto, hasta cinco, se llevaron botín, porque casi cualquier enemigo parece jugar mejor que el conjunto rojiblanco. Y cuando eso sucede en Los Cármenes la consecuencia es todavía más dolorosa para la afición. El plantel de Fran Escribá tiene un problema muy serio en el plano futbolístico, ya que nunca gobierna los partidos y además cualquier rival con un poco de orden le resulta casi un muro infranqueable.
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Tras dieciséis jornadas disputadas, el Granada ha mostrado a las claras una bipolaridad que, de momento, no le da para estar en los puestos con billete a Primera, su única e inexcusable obligación en este curso, y esa doble cara tiene en el gol, en la suerte suprema del fútbol, la medicina y el propio veneno. El equipo que dirige Escribá tiene pegada y le sobran, también, dudas y ansiedad en la retaguardia. Suma 26 dianas a favor, un balance más que sobrado en cualquier candidato a retornar a la élite., pero colecciona 21 tantos en contra, una barbaridad para un equipo que quiera ejercer esa candidatura. Y los hechos, es decir, la clasificación, lo constatan porque al conjunto rojiblanco ese bagaje no le da para estar entre los dos mejores de la categoría, aunque solo se encuentre a dos puntos del ascenso directo. Es un hecho que el Granada no defiende bien. A sus enemigos les basta con muy poco para hacerle diana porque atrás hay más espacio para las dudas que para cualquier otra cosa.
Más allá del asalto a la segunda plaza, más o menos anecdótico ahora, el partido de esta tarde en Almería puede ser un gran golpe de autoridad. La de hoy en el estadio almeriense es una ocasión inmejorable, que ni puede ni debe desaprovechar. En medio de la oscuridad que rodea a los granadinos en su estadio, la cita invitará a la esperanza en caso de una victoria. La importancia de vencer estaría basada en superar a un rival que está en racha ascendente y ocupa puestos de ascenso directo. Al partido le sobran alicientes y al Granada también deberían sobrarle, porque una derrota sería un golpe bajo, esta vez de peores consecuencias en el periodo de sombras que vive el equipo en casa. ¿Y la victoria? La victoria obligaría a creer en el equipo.
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