'Pájara' en plena escapada
La otra mirada ·
Esto no va a ser un paseo militar, sobre todo cuando el escuadrón de Fran Escribá se cruce en su camino con equipos de verdad, como ocurrió contra el LevanteEl Granada recuperó contra el Levante sus peores defectos y vio cortada su buena racha frente a un equipo de verdad. Que otra jornada negra ... en casa podía llegar entraba dentro de lo previsto del guion de las lógicas fatalidades. No se puede estar toda la vida de bodorrios y cumpleaños. Ahora bien, pasar de la euforia contenida al paredón de fusilamiento es un contraste demasiado fuerte. El conjunto valenciano le quitó todos los galones al equipo rojiblanco hasta dejarlo desnudo, con aquellos pañales que exhibía al principio de la temporada, cuando daba penita verlo casi a gatas por la categoría. Lo hizo con desparpajo, con goles y con una enorme actitud competitiva.
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El Granada sigue en puestos de promoción de ascenso, pero en el interior de la dolorosa derrota sufrida hay un serio aviso: esto no va a ser un paseo militar, sobre todo cuando el escuadrón de Fran Escribá se cruce en su camino con equipos de verdad, como ocurrió contra el Levante. Aún se aplauden los méritos por esa durísima ascensión de los rojiblancos, pero la mueca de escepticismo volvió a asomar tras la 'pájara' sufrida en el recinto deportivo del Zaidín. No fue un drama la caída, sino la forma en que se produjo: se deshidrató por su falta de argumentos defensivos y ofensivos, y por una incapacidad general para resolver problemas gordos de un marcador en contra o simples operaciones de despliegue por las bandas. El equipo granadino se descompone en el área enemiga. Sea quien sea el afortunado con una ocasión para marcar, se escucha el apretón de tripas y el remate se va por el desagüe. No se trata de ser oportunista a la sombra de un mal resultado y de otro mal partido, sino de reflexionar con toda seriedad.
La derrota del Granada, después de cuatro victorias consecutivas, volvió a poner en evidencia los hondos vacíos que tiene este equipo. Sus futbolistas optaron ante su rival levantino por no bajarse del autobús en toda la primera parte, periodo en el que le condenó su suficiencia y una inmadurez defensiva imposible de corregir. Cuando acudieron corriendo al encuentro, al menos para empatarlo, se atropellaron sin cabeza demostrando una vez más que el Granada no es un equipo, sino una suma de impulsos aislados que resta homogeneidad al grupo y pone en cuarentena su regreso a Primera división.
El Granada intentará hoy seguir invicto a domicilio en Zaragoza y recuperar el terreno perdido. El partido tiene tela por sí solo. Un triunfo del conjunto granadino en La Romareda sería una noticia radiante. La suma de los tres puntos frente a un enemigo de los de verdad en Segunda se observa como un golpe de autoridad. Las emociones, en cualquier caso, se anuncian fuertes. Tanto el Zaragoza como el Granada llegan a esta cita tras perder en casa por la pasada jornada y ambos conjuntos intentarán volver a la senda del triunfo. Estos tres puntos adquieren, por lo tanto, un enorme valor por su múltiple significado: tumbar a uno de los favoritos al ascenso, separarse de él e impedir un agrupamiento nada saludable en la cima de la clasificación.
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