Bouldini protege un balón de espaldas en Huesca. LOF

Opinión Granada CF

El mal fario se rompe

La otra mirada ·

Es solo un triunfo, pero los rojiblancos se parecieron a un equipo por primera vez y puede ser un punto de inflexión

Justo Ruiz

Granada

Sábado, 4 de octubre 2025, 11:39

¡Aleluya! Las plegarias de los aficionados a la Virgen de las Angustias surtieron su efecto y el Granada logró, por fin, su primera victoria ... y rompe su mal fario. El triunfo sobre el Huesca necesitó una cesárea sin epidural. En realidad, hubo que utilizar un cuchillo de monte, la zurda de Alemañ, para abrir el vientre y que saliera esa criatura poco agraciada pero recibida como la Venus de Milo, un triunfo gestado en realidad en el magullado corazón de la afición. La fiesta emocional por ese renacimiento y la eterna comunión con sus seguidores mantiene al equipo granadino en la persecución de su gran objetivo: la permanencia.

Publicidad

A Pacheta le ha costado saber dónde estaba, pero su insistencia en ser un don erre que erre en proponer nuevas fórmulas, no en el error, le dio sus frutos. Es solo un triunfo, pero por primera vez el Granada se pareció a un equipo. La victoria da más oxígeno, pero no debería esconder que este plantel sigue sin funcionar, que el entrenador burgalés no da con la fórmula para que el fútbol llegue de una manera fluida. Fueron desesperantes en el segundo acto, la capacidad para perder balones, el poco dominio en la medular, los nervios en los minutos finales del encuentro. Con todo, la construcción de un bloque solvente siempre llega de manera más fácil a través de las victorias, aún más en un proyecto con tantas dudas y cambios como el del Granada, aunque queda claro que a Pacheta le queda muchísimo por hacer, pero este triunfo puede suponer un punto de inflexión. Cuanto menos da aire para afrontar los dos próximos compromisos durísimos en casa (el filial de la Real Sociedad y Las Palmas). Y todo eso se ve con otra cara tras la victoria en Huesca... El triunfo calma los ánimos, atenúa las alarmas y, sobre todo, marca el camino a seguir para estar más cerca de las alegrías.

Es una senda que en Los Cármenes debe tener continuidad. El Granada de Pacheta logró arrancar, vio un destello de luz con ese triunfo gestado desde el talento de Alemañ y sellado con una mejor actitud como bloque. Por ahí debe seguir ante el filial vasco. Una vez destapado el tarro, el reto inmediato es estrenar el casillero de triunfos en casa para recuperar una sensación que está en el olvido. Una vez lograda la primera victoria del curso, el entrenador respira aliviado, pero con la necesidad imperiosa de seguir ganando crédito, algo que también se aplica al propio equipo, inmerso aún en la zona de descenso a 1ª RFEF a pesar el balsámico triunfo en Huesca. La cita en el recinto deportivo del Zaidín se antoja propicia para abandonar el puesto de colista y escapar cuanto antes del peligro.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €

Publicidad