El ascenso por obligación
La otra mirada ·
La de este jueves será la primera cita a ciegas de una campaña que irá descubriendo poco a poco si es posible alcanzar uno de los dos primeros puestos que dan derecho a subirEl Granada inicia esta noche ante su sufrida afición una tortuosa huida hacia el ascenso, un objetivo único e inexcusable. Para empezar con buen pie ... tiene que vencer en su estadio al Albacete. No es una misión titánica, pero tampoco sencilla para una escuadra que no suma el botín completo como local desde que, en Primera, ganara a Osasuna (3-0) el pasado 28 de abril. Con siete caras nuevas –por ahora– en su plantilla y el técnico sevillano, Guillermo Abascal, al frente del equipo, la campaña estará fundamentalmente marcada por la obligación de ascender.
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Cuando el conjunto rojiblanco no camine cerca de su objetivo, habrá problemas. No hay excusas en este recinto deportivo del Zaidín, ni las va a buscar el entrenador, parece. Con un estilo bien diferente a sus predecesores en el banquillo –en formas y discurso–, Abascal pide a su equipo que se concentre en el fútbol. Y reúne a sus hombres con un mensaje circundante al balón. Teoría romántica que calará en Los Cármenes a poco que la temporada ruede en la dirección correcta. Y que gane. Esta es otra historia en la que Abascal quiere un conjunto con merecimientos que se aleje de los miedos de la pasada campaña. Por eso está mezclando un puzle dinámico y alegre, con la obligación de jugar desde atrás, de dominar los partidos, de llegar y golear. Con eso y las dudas comunes de la primera jornada se presenta el Granada. La obligación, de hoy en adelante, es única: ganar.
La temporada en Segunda que arranca esta noche apunta a ser una de las más duras. Han regresado históricos, como los ascendidos Deportivo, Málaga, Córdoba y Castellón; los descendidos Cádiz y Almería; y siguen Oviedo, Sporting, Tenerife, Eibar, Zaragoza, Levante, Elche o Burgos, todos con la idea de volver a Primera. Tras jugar en Segunda en la temporada 2022/23, el Granada regresa a este inhóspito territorio con el cartel de favorito y la obligación de cerrar el ejercicio con el ascenso. Todos le miran desde abajo y le observan como a uno de los favoritos. Tiene en su plantilla buenos futbolistas y, sobre todo, mucha historia por detrás.
El presente equipo que entrena Abascal resulta una incógnita no exenta de esperanza, expectativas y dudas varias. La de esta noche será la primera cita a ciegas de una campaña que irá descubriendo poco a poco si es posible alcanzar uno de los dos primeros puestos que dan derecho a subir. La medida de la realidad la dará primero el propio Granada, y después el grosor del resto de sus enemigos, con menor sustancia futbolística que el equipo granadino. Tendrá que correr como alma que lleva el diablo, pero para desmarcarse de la rudeza debe aportar calidad.
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El triunfo ante los manchegos tiene por ello un gran valor por el significado de arrancar con todas las de la ley. La afición ya se ha preparado para el tostón si le premian con resultados; si no, será intransigente. El de hoy es un encuentro que dirá bastantes cosas. La primera, que este es otro mundo y que los tiburones no están a salvo ante la amenaza de una sardina.
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