'Shy guy'

El jueves pasado por la mañana me llegó otro de sus vídeos, en este caso alabando nuestra ciudad desde el mismísimo Albaicín. Y me terminó de ganar, lo reconozco, tanto como para haberme convertido en seguidor suyo si hubiera sido un usuario más activo en redes sociales. Pero el destino quería algo más: lo conocí personalmente esa misma tarde. Fue a eso de las 21.15 horas. Lo recuerdo bien porque fue en la bocana de la grada de preferencia de Los Cármenes, justamente cuando comenzaba el segundo tiempo. Yo iba con un perrito caliente que acababa de comprar en una 'food truck' y una camiseta del grupo americano Kiss; él, con la camiseta rojiverde del Granada, una bandera española y me atrevería a asegurar que antes de entrar al estadio se había comido un par de buenas tapas de carne en salsa. Cosas de la globalización, supongo.

Lo que más me llamó la atención de la pequeña charla que mantuvimos fue que Larry repetía primero en inglés y después en un forzado español la misma información, en un claro intento por hacerse entender.

Para la desilusión de sus fieles granadinos, el 'influencer' americano no subió vídeo de su visita a Los Cármenes a sus perfiles de redes sociales, y no me extraña, ya que, en cierto modo, su visita al coliseo del Zaidín me pareció de lo más interesante en este primer partido de la temporada. Todo lo demás lo encontré como lo dejé, hecho un desastre: largas colas en el acceso, goteras, baños averiados, incertidumbre en el fondo sur y, lo peor de todo, un equipo anodino y sin alma.

En fin, como diría el bueno de Larry Shy: «'Welcome back to Los Cármenes'… Bienvenidos de nuevo a Los Cármenes», donde el tiempo pasa y las cosas no cambian.