Examen de conciencia
La otra mirada ·
El Granada sintió en su piel el frío acero de la derrota inesperada en Andorra, pero en la autopsia no se le han detectado cicatrices porque salió del Estadi Nacional tan vivo como había entrado, certificando que está en los puestos de cabeza por derecho propioLa enorme sonrisa que se le había dibujado al Granada tras su buen arranque de temporada se le borró el pasado domingo de golpe. El ... Andorra, equipo recién ascendido a la categoría de plata, descubrió las grietas de un conjunto granadino aún en obras y le infligió la primera derrota del curso. Un tropiezo inesperado que deja sin liderato a los rojiblancos y que obliga a los de Karanka a evitar más despistes. Un toque de atención antes de medirse hoy al Eibar.
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La herida sufrida no ha dejado rastro de sangre pese a que en la inmediatez y también en la sensación de injusticia se perciba un profundo dolor, una sensación de abatimiento que no se corresponde con la gravedad del percance. El Granada perdió en Andorra pero nunca fue inferior a su rival, que manifestó las dificultades creadas por un conjunto granadino sin pegada. Los andorranos festejaron la victoria con el mismo éxtasis que lo hubiera hecho el Alcoyano si hubiera vencido al Madrid, o quizá conscientes de la grandeza de un triunfo demasiado excesivo para sus méritos. La realidad fue otra bien distinta. El Granada sintió en su piel el frío acero de la derrota inesperada, pero en la autopsia no se le han detectado cicatrices porque salió del Estadi Nacional tan vivo como había entrado, certificando que está en los puestos de cabeza por derecho propio y por el respeto que se había ganado tras la disputa de las tres primeras jornadas. En este periodo de aprendizaje con buena nota sí debería sacar una conclusión de la amarga lección sufrida: un par de borrones pueden estropearte un buen trabajo y el equipo rojiblanco los tuvo en el error defensivo que le costó el tanto de la derrota.
Pese al golpe encajado, no hay motivo para el dramatismo pese a abandonar el liderato, aunque los chicos tienen que seguir yendo a clase de interpretación de los partidos. Durante la pasada semana ha habido examen de conciencia junto al técnico vasco para evitar el pobre nivel que presidió el inicio del choque, la falta de control del encuentro, el despiste en el gol encajado o la ambición sin cabeza por ganar que tuvo el equipo.
El Granada no puede ir esta noche al estadio de Ipurua a especular con el resultado. Es un partido para que el conjunto granadino confirme su personalidad y se demuestre a sí mismo en un estadio importante que es capaz de cumplir las expectativas que se han creado en torno a esta plantilla, que son lógicas teniendo en cuenta los fichajes y el nivel que ha exhibido en este inicio de campaña.
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