Jorge Molina presiona a Pere Milla, que controla un balón con la cabeza. LOF
Elche - Granada | Opinión

La Toma de la nada

Pausa de hidratación ·

La falta de revulsivos debe invitar a Robert Moreno a escribir una carta de Reyes que tenga el doble de páginas que su libro sobre el 4-4-2

MANUEL LÓPEZ SAMPALO

Lunes, 3 de enero 2022, 00:52

Anteanoche vi por fin la película de las estrellitas de Hollywood, la de 'Don't look up', que es precisamente lo que hizo ayer el ... Granada: no fijar su vista arriba, en el ataque. Al menos me entretuve viendo el filme; algo que no conseguí ayer con el partido ni de lejos. Y cuando los nuestros juegan así, tiendo a contagiarme de su apatía a la hora de escribir: es algo que se transmite con más facilidad que la variante ómicron, en la que, por cierto, soy positivo: puede que la única vez que lo sea en esta columna.

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A los nuestros les faltó un dinamizador, un Ighalo que agitase una palmera ilicitana, se bajase un coco y jugara con él. Lo más parecido fue Luis Suárez, pero sigue como un conserje en paro: sin ver portería. Otro Luís, Maximiano, paradón a paradón nos hace olvidar a Rui Silva, aunque fue inevitable emocionarse con sus lágrimas en el minuto de silencio en memoria de su padre en el Betis-Celta.

Ya que los once del campo no miraban hacia arriba, Robert Moreno debió echar un ojo al banquillo en busca de un revulsivo: y allí lo más potable que vio fue a Víctor Díaz. Lo cual debe invitar al míster, esta vez sí, a mirar arriba, al palco, en busca de refuerzos: a escribir una carta de Reyes que tenga el doble de páginas que su libro sobre el 4-4-2. Porque no puede ser que el gol del Granada dependa exclusivamente de un señor de 40 años y que un chaval de 19, sin experiencia en el fútbol profesional, sea defensa titular.

En definitiva, el día de la Toma, los nuestros no tomaron Elche como aquella gloriosa noche de junio de 2011; –ayer nos tomaron el pelo–pero agarraron un punto que sumado a los 22 con los que se contaban, cierran la primera vuelta con números de permanencia tranquila. Aún así yo no me fío. La superproducción de Netflix acaba con el planeta yéndose al garete; ¿por qué la temporada no iba a acabar con el Granada en Segunda y Olona tomando la Junta? En fin, no me echen cuentas: soy positivo pero estoy negativo.

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