Los futbolistas del Granada asisten a la entrega del trofeo al Al Ain. José Miguel Baldomero

Opinión Granada CF

Silencio, abandono y frustración

El 'doce' ·

Solamente queda agarrarse al currículo de Pacheta y confiar que a finales de agosto cuente con más mimbres útiles

Eduardo Zurita

Granada

Lunes, 11 de agosto 2025, 11:01

La presentación del primer equipo del Granada en Los Cármenes ante su afición derivó en un acto desilusionante. El Trofeo Ciudad de Granada -con sus ... diferentes nominaciones a lo largo de su existencia-, otrora impulsor de esperanzas, sueños y adhesiones, estuvo alejado de cualquier expectativa motivadora en la tarde-noche tórrida del sábado agosteño.

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El silencio de la dirección del club es cada vez más cacofónico. Sin actos de presentación de las nuevas incorporaciones, evitando cualquier rueda de prensa incisiva, se confirma una actitud hecha norma desde hace demasiado tiempo. Se liquidan las dos nefastas temporadas últimas con sendos mensajes de la nominada presidenta que parecen sacados de una mala aplicación de IA, llenos de tópicos. Se solicita el apoyo de la afición, al mismo tiempo que se la ningunea y denigra con subidas de precios encubiertas o ya directamente explícitas, tratando inútilmente de enjugar malas gestiones económicas derivadas de necias decisiones deportivas. Los precios de las entradas a los no abonados de este último trofeo fueron esperpénticos. Las fechas vacacionales, la hora temprana con un calor asfixiante y dichos precios abusivos dejaron desierto el graderío.

El abandono del club y las instalaciones de Los Cármenes es cada vez más evidente. El grado de suciedad del estadio, próximo a la insalubridad, es otra demostración más del desprecio hacia sus propios aficionados, a la que se une el mantenimiento del paisaje grotesco de las gradas provisionales en las esquinas del recinto. El estadio está deteriorado y maloliente, con un césped en estado preocupante para el arranque liguero. La escasa presencia institucional en el partido, reducida en la entrega de los ridículos galardones actuales -¡qué tiempos aquellos en que la copa del ganador era una obra de orfebrería digna de consideración!- a la figura de Lucas Alcaraz -y eso que no es miembro del consejo de administración- es una muestra más de desidia, abandono, y falta de empatía con la parroquia fiel que acudió hasta en circunstancias muy adversas.

La frustración es notoria. El equipo da muestras de debilidades preocupantes a una semana de jugarse los tres primeros puntos del campeonato. Débil en defensa, nulo en el corte y aún más en la creación, romo en ataque, las sensaciones no pueden ser más desilusionantes. Escondidos los dirigentes detrás de la figura de Pacheta y sus visiones optimistas del plantel a futuro -que pueden durar pocos partidos si no acompañan los resultados-, se hacen imprescindibles sensatos refuerzos que hagan competitivo al Granada. Solamente queda agarrarse al currículo del burgalés y confiar que a finales de agosto cuente con más mimbres útiles para dirigir con solvencia un equipo apropiado para un campeonato en Segunda.

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