La vida sin Williams
El hilo ·
La ausencia del central ha sido devastadora desde el primer instante, encajando los rojiblancos dos goles en Castalia y otros dos ante el LevanteEn uno de sus poemas más célebres, el escritor británico Rudyard Kipling versaba sobre la necesidad de tratar al triunfo y al desastre como dos ... impostores, aludiendo al equilibrio que toda persona debe perseguir en su tránsito hacia la madurez. Con la llegada de Fran Escribá, el Granada inició un proceso de reconstrucción que llevará meses concluir. No es sencillo cambiar el curso derrotista de una plantilla a la deriva. Tras un primer ciclo triunfal de cinco partidos, el entrenador rojiblanco huyó de la euforia, consciente de que el nazarí aún es un conjunto falible, lejos del bloque sólido que seguramente ambicione el valenciano. El Levante de Julián Calero, uno de los equipos más optimizados de la categoría, terminó de reabrir una herida en el sistema defensivo que había comenzado a sangrar en Castellón tras la lesión de Loïc Williams.
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En poco tiempo, el exjugador del Tenerife se había erigido como la primera línea de defensa del Granada. Su intensidad y su exuberancia física irradiaban energía y confianza entre sus compañeros, sellando las grietas de un casco resquebrajado tras la etapa de Guille Abascal, que no supo ver el enorme potencial del defensor valenciano. Su ausencia ha sido devastadora desde el primer instante, encajando los rojiblancos dos goles en Castalia y otros dos ante el combinado granota. Ni siquiera el concurso del recreativista Oscar Naasei, uno de los grandes talentos emergentes de la cantera, pudo compensar una baja tan sensible. Sin embargo, Escribá tendrá que imaginar la vida sin Williams en un tramo especialmente complejo de la competición.
Del mismo modo, los aficionados granadinistas que hayan caído en el desánimo -por la ruptura de la racha triunfal- deben tomar ejemplo del entrenador y tratar al desastre como un impostor más. Llegarán más victorias, pero también nuevas derrotas para un equipo que actualmente está lejos de lo que quiere ser de mayor. Modificando los últimos versos del poema de Kipling, podría afirmarse que del Granada será la tierra y todo lo que habita en ella si puede llenar cada preciso partido en noventa minutos de un esfuerzo supremo; y, lo que es más, suyo será el ascenso.
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