Abonos, condenas y fidelidades

Bajo el eslogan 'Condenadamente fieles', el club apela a la lealtad de quienes no necesitan motivos para volver al estadio. En vez de reforzar la conexión sentimental, la campaña parece confirmar lo que muchos ya piensan: que no hay argumentos deportivos que justifiquen el nuevo precio del abono. Y mucho menos la subida. Difícilmente puede considerarse una estrategia lúcida.

La despersonalización del mensaje es un error mayúsculo. Reconstruir la maltrecha relación de confianza entre las partes, tras dos años de errores acumulados, exige algo más que una campaña de marketing. El director general siempre participó en estas presentaciones. La decisión de digitalizar la nueva campaña, lejos de humanizar el discurso, provoca el aumento del desafecto. El escenario actual desplaza toda la atención hacia lo deportivo, aunque la salud de un club también depende de factores institucionales y sociales, cada vez más desatendidos.

Pacheta aparece ahora como el único salvavidas al alcance del hincha. El regreso al trabajo del equipo dividirá el foco entre los partidos amistosos de pretemporada y el avance en la planificación deportiva. A falta de la llegada de nuevos baluartes, será interesante comprobar si el entrenador es capaz de optimizar el rendimiento de lo que ya hay en plantilla. Futbolistas como Zidane, Lama, Williams, Sergio Ruiz, Pablo Sáenz, Stoichkov y Rodelas podrían ser útiles si se les ofrece un contexto táctico —y emocional— adecuado. En 2018, Diego Martínez comenzó su etapa rescatando piezas del naufragio. De ese análisis previo surgieron nombres como Rui Silva, Quini, Germán y Puertas, protagonistas después de una etapa histórica. Tal vez sea momento de recuperar aquella mirada.

Entendida la fidelidad como condena, quizás sea más práctica la reflexión estoica que la queja constante. Como dijo Epicteto, «no son las cosas las que perturban a los hombres sino sus opiniones sobre ellas».