Los once de Robert Moreno

Ahora mismo, quedan dudas abiertas en el centro de la zaga y alguna en ataque. En los centrales, por la gran actuación de la pareja que conformaron Víctor Díaz y Luis Abram frente al Sevilla, con menos minutos que Domingos Duarte –que estaba lesionado– y Germán Sánchez, que parecían sólidos. En la vanguardia, con Suárez inamovible, está por resolver la identidad de sus acompañantes. Rubén Rochina reclama protagonismo tras su partidazo en la cita más reciente. Puertas, Soro, Machís y Bacca dirimen los otros dos huecos.

La confianza actual de Robert Moreno en el portero Maximiano no se discute. Ha estabilizado a sus laterales, con Quini ganándose el flanco derecho, y el 'trivote' formado por Gonalons, Milla y Montoro se consolida. Habrá que ver si estas semanas de parón varían sus prioridades.

A sus 22 años, sobre él recaía la presión de ser el único futbolista por el que se pagó traspaso, pero Maximiano ha disipado cualquier inquietud con paradones. Desde el primer momento se le vio como un portero de grandes hechuras, ágil bajo palos pese a su estatura y con mucho poderío aéreo. Por mejorar, el juego con los pies, aunque el paso de los encuentros le ha dado serenidad y se ha mostrado algo mejor en la circulación en corto. Todavía tiene margen de mejora en los saques en largo. Ya suena para ir con la selección portuguesa, en la que ya no están llamando a Rui Silva.

Quini es uno de los mayores ejemplos de superación de la plantilla rojiblanca. Partió como claro suplente en el arranque del ejercicio, por detrás de Foulquier. Tras su venta, Robert Moreno prefirió a Víctor Díaz frente al Rayo. Luego, por Arias contra el Betis. En el Camp Nou ya sí le dio carrete a Quini y este aseguró su banda a la perfección. Retornó al banco con la Real, pero reapareció ante Celta y Sevilla. El cordobés no está destacando en sus progresiones en ataque, pero sí como un candado en la parte trasera. Mientras Arias adquiere mejor tono, parece complicado que Quini sea suplente.

Tras dos temporadas excepcionales, Domingos Duarte no ha empezado este ejercicio con el mismo grado de confianza. Las muchas alteraciones emprendidas en el Granada le han trastocado. Primero, por la inicial propensión del técnico a que el equipo saliera desde atrás con pases por bajo. Segundo, por algunas pérdidas de posición inusuales en el portugués. Un chocazo con Maximiano en Vigo le dejó lastrado y no pudo actuar con el Sevilla, cuando su equipo ganó. Lo normal es que retome su sitio pronto, aunque quizás Moreno le dé un voto de confianza a Víctor Díaz y Luis Abram. Está por ver.

Como le sucede a Domingos, ha sido un recurrente en las alineaciones desde que arrancó el curso, pero el buen hacer de la retaguardia del Granada contra el Sevilla, que empezó sin él, condiciona su presencia en el once. Sustituyó en los minutos finales a Víctor Díaz, sorprendente titular como central, soberbio en su papel. Germán se ha empleado sobre todo en encuentros donde el juego aéreo ha sido importante. Logró un gol en un córner frente a la Real Sociedad. Su experiencia a la postre se convierte en fundamental, aunque en teoría Abram tiene que alternarse con él en el perfil zurdo.

No hay quien tosa a Carlos Neva, que ha dejado atrás los achaques de las lesiones que sufrió la temporada pasada. Se encuentra en plena forma y solo se perdió la primera parte del equipo en el Camp Nou, sustituyendo después a Sergio Escudero. La llegada del veterano lateral murciano ha sido un estímulo para él. Neva se muestra cada vez más firme en las disputas con los contrincantes y poco a poco luce más en sus incorporaciones. De hecho, en apariencia le ayuda que intervenga menos Machís, más egoísta a la hora de atacar. A Neva aún no ha tocado techo. Sigue creciendo.

Maxime Gonalons es el eje de la sala de máquinas del equipo. Era fundamental para Diego Martínez y lo es para Robert Moreno. El francés sabe incrustarse entre los centrales para aliviar la construcción de las jugadas desde abajo. Todos le buscan cuando los rojiblancos tratan de dar sentido al juego. El galo es firme en los duelos con los rivales. Su único problema es que el combustible se le suele agotar. Ya dio síntomas preocupantes en Balaídos, cuando fue sustituido por fatiga muscular. La escuadra le necesita, pero al técnico le conviene gestionar sus descansos para que no se funda.

Luis Milla se adentra en una campaña en la que espera reafirmarse como futbolista de Primera división. Se estrenó en la categoría el pasado curso y tuvo meses estupendos, hasta que una complicada lesión le amargó al comienzo de 2021. Le ha costado la puesta a punto, pero al menos no se ha resentido del problema que arrastraba. Con el Sevilla, se complementó muy bien con Gonalons y Montoro. Se adapta tanto a situaciones de posesión de balón como a aquellas en las que le toca perseguir al adversario. Como volante del centro del campo, es uno de encargados de marcar el ritmo del partido.

Ángel Montoro ha asomado en dos posiciones con Robert Moreno: como volante en un centro del campo de tres y como mediapunta, con doble pivote detrás. Fue en esta faceta en la que se empleó frente al Sevilla, algo más desconectado del juego que de costumbre, pero muy activo en la presión.

Su capacidad para la distribución está fuera de toda duda, aunque en este ejercicio todavía no ha sobresalido con asistencias. Recuperar su mejor versión es una de las misiones del entrenador. En cualquier caso, puede no estar tan brillante como solía, pero Montoro siempre se lo deja todo.

Rochina empieza a mostrar lo que esconde dentro de la chistera. Es uno de esos magos capaz de ilusionar al respetable. Se veía que le faltaba rodaje, pero su clase sigue intacta, así como esa capacidad innata de golpear el balón con potencia, dándole mucho efecto. Pese a que solo ha sido titular en dos ocasiones, ya ha marcado un tanto y participado en la concreción de otros dos. Tanto saliendo desde la derecha como directamente en la mediapunta, Rochina se pronuncia como uno de los futbolistas importantes en los planes ofensivos de los rojiblancos. Si adquiere continuidad, dará alegrías.

Hay una banda del Granada que no tiene dueño fijo en estos momentos. Si Rochina se asienta, es probable que sea la izquierda. Por ahí pueden aparecer tres futbolistas. Con el Sevilla, fue Soro de inicio. Le sustituyó después Antonio Puertas, aunque lleva un tiempo sin encontrar su fórmula ofensiva. Machís es otro que intenta abrirse espacio pegado a la cal. A Puertas le avala el trabajo constante. Nunca se doblega en sus intentonas y es un auxilio permanente a su lateral. Para su desgracia, no está fino en las llegadas al área contraria. Con confianza, acaba dando lo mejor de sí mismo.

Es el refuerzo más caro de la historia del Granada y está deseando demostrar que vale lo que se pagó por él. Robert Moreno ha elogiado el coraje de Luis Suárez sobre el campo, aunque el colombiano todavía tiene que mejorar su producción ofensiva, si bien es el propio conjunto el que ha de suministrarle buenos balones con los que generar peligro. Ha actuado tanto de referencia en ataque como de extremo zurdo. Con espacios, su potencia prevalece. Cuando las defensas se cierran, le cuesta más. Tiene que dominar ese punto de ansiedad que le sobreviene en las finalizaciones.