La apuesta por Guille Abascal dura solo seis partidos
El sevillano pierde el puesto tras un cuarto encuentro sin ganar en Los Cármenes
La apuesta por Guille Abascal en el Granada solo duró seis partidos. Un cuarto encuentro sin ganar en Los Cármenes con el empate contra el ... Málaga le costó al entrenador sevillano la destitución, después de dos primeras derrotas con el Albacete y el Huesca y otras tablas previas con el Deportivo, pese a puntuar a domicilio tanto en Ferrol como en Elche con sendas tablas. La afición ya despidió con cánticos contra el entrenador a los futbolistas al final del derbi andaluz y el club reaccionó difundiendo el cese pasada la medianoche.
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Oficial: el Granada cesa a Guille Abascal
Guille Abascal fue la arriesgada baza del director deportivo Matteo Tognozzi para reiniciar el proyecto del Granada en Segunda división tras el descenso, pero el balance una única victoria en las seis primeras jornadas terminó sentenciándola como fallida. A sus 35 años, el entrenador sevillano gozaba del aval del italiano pese a carecer de experiencia profesional en España al convencerle sus andaduras en el extranjero, habiendo dirigido anteriormente al Spartak de Moscú tras pasar por Suiza, Grecia e Italia, donde Tognozzi le tanteó incluso para las categorías inferiores de la Juventus.
El breve paso de Guille Abascal por el Granada empezó torcido con aquella primera derrota en Los Cármenes con el Albacete, que de alguna forma reconectó al equipo con la inercia negativa de la temporada anterior, que concluyó con la pérdida de la categoría en Primera. Ni un solo equipo pudo ganar en el estadio del Zaidín durante la campaña previa en Segunda. Una dirección de campo errática, con algunas decisiones difíciles de justificar, y una fragilidad defensiva alarmante sobre todo a balón parado condenaron al entrenador al cese sin que los rojiblancos llegasen a mostrar una mínima consistencia en su juego.
Guille Abascal tuvo que torear desde el verano con las situaciones de varios futbolistas que trataron de marcharse del equipo a clubes de Primera división, resignándose a quedarse finalmente. En algunos casos, como el de su predilecto Martin Hongla, con la intervención directa del técnico, que acordó con el vestuario la rotación de las capitanías durante los amistosos para que ostentasen el brazalete Sergio Ruiz, Lucas Boyé o Myrto Uzuni, entre los más pretendidos. También afectó a sus planteamientos la lesión de Luca Zidane, aquejado de un esguince en la rodilla izquierda que le hizo perderse el primer partido del curso y también los tres últimos, no solo por su seguridad bajo palos en comparación a las dudas de Marc Martínez sino por lo que el francés aporta en la salida de balón con los pies.
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Reforzando lo ensayado en pretemporada, Abascal apostó por un claro 4-4-2 en la inauguración de la temporada con el Albacete en Los Cármenes. La lesión de Kamil Józwiak, no obstante, favoreció la aparición del recién incorporado Manu Trigueros en Ferrol partiendo de la banda izquierda que solía ocupar el polaco, generando una asimetría que perjudicó especialmente al capitán Carlos Neva. El entrenador insistió en esa idea de inicio de cara a la visita del Huesca a Granada, con una segunda derrota consecutiva, pero fue alterando sus planes sobre la marcha hasta la introducción de un lateral derecho como Rubén Sánchez de extremo izquierdo por su supuesta capacidad para rematar de cabeza al segundo palo.
Abascal dio una vuelta a su formación contra el Deportivo y el Elche al marcharse Martin Hongla con Camerún pasando a jugar con tres centrales, ingresando Ignasi Miquel y Loïc Williams y cayéndose Pablo Insua. Debutó como titular en estos dos primeros partidos Reinier, acomodado en la banda izquierda, sin auxiliar a Carlos Neva mientras Sergio Ruiz y Trigueros sufrían cada vez más en la medular. Gonzalo Villar, novedad de inicio con los gallegos en Los Cármenes, acabó sustituido al descanso. Sin Boyé por lesión en Elche, y Uzuni recién incorporado tras viajar con Albania, el entrenador mantuvo la fe en Shon Weissman sin que el israelí viese puerta, fallando incluso un penalti durante el descuento del derbi con el Málaga tras salir desde del banquillo al recuperar Uzuni la titularidad junto a Martin Hongla a medio camino entre la zaga y la medular.
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El balón parado que con todo permitió al Granada puntuar en el Martínez Valero volvió a castigarle en el derbi andaluz definitivo para Guille Abascal, desperdiciando los rojiblancos hasta dos ventajas en el marcador como ya pasó con Albacete, Deportivo y Elche. Una vulnerabilidad fatal para un equipo que tampoco con el balón terminó de definirse, a medio camino entre uno que quería abrumar en campo contrario y otro que prefería protegerse y contragolpear con velocidad, con futbolistas más idóneos para un estilo u otro cruzados sobre el terreno de juego.
La destitución de Guille Abascal resetea el proyecto deportivo del Granada de nuevo, con los rojiblancos más cerca de los puestos de descenso que de los de ascenso directo en la clasificación, sin que el objetivo haya cambiado: la vuelta inmediata a Primera división. Otro entrenador tendrá que estar a la altura de ese desafío ahora.
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