La nueva grada de animación del Granada, lista para arrancar con cerca de 300 jóvenes

La grada de animación puede seguir creciendo de cara a próximos encuentros. En caso de superar el número de 400, se extenderá por la parte baja de la esquina situada entre el fondo habitual y Preferencia. Entre sus componentes, habrá miembros de la extinta Grada 1931, siempre que cumplan los requisitos fijados en la normativa de participación. Entre ellos, lucir el color rojo.

Este sector se encargará de liderar cánticos, palmeos o cualquier otra muestra de apoyo a los rojiblancos. Tras cuatro primeros partidos con un ambiente insulso y algo enrarecido, en el que influyó esta supresión, el estadio volverá a contar con un grupo bullicioso de hinchas. Unos granadinistas que deberán respetar un código de conducta para perdurar en la zona, algo que ya existía, pero que ahora experimenta matices.

Según reza el artículo 5 del listado de condiciones, «queda expresamente prohibida toda manifestación o protesta contra el club, personal del mismo, jugadores, aficionados, etc. dentro de la grada de animación. Todo tipo de manifestación tiene su lugar y momento, pero nunca en la grada de animación». Una limitación que ya existía en la anterior normativa, aunque no de una manera tan explícita. El fin de la grada se estable en «animar y apoyar al Granada Club de Fútbol, independientemente de los resultados deportivos». No cumplir con lo estipulado «supondrá la expulsión, sin derecho a reembolso alguno o que se les habilite otra zona en el estadio».

Algunos aficionados del Granada cuestionaron este apartado a través de las redes sociales. El resto de clubes de Segunda no recogen algo tan concreto. En la categoría de plata se prohíbe de manera generalizada cualquier mensaje, cántico o proclama «que incite a la violencia o al terrorismo» no ya dentro de una grada de animación, sino de cualquier parte del estadio. Esta proclama, que adoptan equipos como Córdoba, Cádiz, Huesca, Castellón o el propio Granada en sus manuales de conducta, también se hace ostensible a casos de «racismo, xenofobia o discriminación por discapacidad, religión, sexo, orientación sexual o convicciones morales», pero no hay rastro de menciones a situaciones concretas que involucren al club y sus empleados.

Para encontrar algo similar hay que adentrarse en documentos relacionados con otras gradas. El Málaga establece la prohibición de llevar a cabo «toda conducta que implique chantaje, extorsión o cualquier forma de coacción hacia el resto de aficionados, personal del club y miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado». El Burgos pide a sus animadores «renunciar a la violencia y a la expresión de ideas y mensajes racistas, homófobos y políticos», así como a «respetar a los miembros del club y a los compañeros de la grada de animación».

Conjuntos ascendidos a Primera como Valladolid, Espanyol o Leganés también reflejan distintas imposiciones. Por parte del cuadro pucelano, se calca el párrafo malaguista que no permite el «chantaje, la extorsión o cualquier forma de coacción» hacia el personal del club. Los pericos exigen a su grada de animación «una irreprochable conducta» que respete la normativa vigente. Además, reprueba «los insultos, desprecios, vejaciones o cualquier otra forma de falta de respeto o intimidación al resto de seguidores del club y/o a los compañeros» de la grada. El Leganés también penaliza «los insultos y/o cánticos ofensivos» de sus animadores, pero no se refiere al club en ningún momento.

La normativa grada de animación del Granada supone un caso particular en LaLiga Hypermotion, con restricciones respecto a expresar valoraciones negativas acerca de la gestión deportiva o institucional de la entidad al menos mientras el aficionado se encuentre en esta ubicación. Sin embargo, su esencia no es nueva. Dentro del reglamento del aficionado al que remite el club para la gestión del alta como animador se incluyen apartados que datan de 2022, momento en el que aún figuraba la anterior 'Grada 1931'. En ellos se estipulaba que la grada «jamás se expresa contra un jugador o técnico del club ni reivindica jugadores no alineados, y todos los seguidores deben respetar este principio de comportamiento».

Además, sus integrantes «se comprometen a no realizar críticas y/o comentarios negativos, despectivos y/o ofensivos sobre el club, su personal, directivos y jugadores a través de las redes sociales o medios de comunicación». El incumplimiento de ambos principios se cataloga como «causa de expulsión» de la grada. Sin embargo, nunca se llegó a aplicar con contundencia la temporada pasada. Luego, llegó la interrupción en verano, anunciada en la presentación de la campaña de abonados. La medida se refrenda ahora. El foco se pone en que la prioridad sea respaldar al equipo, por encima de lo demás.