Sin noticias de Matías Arezo

En la temporada siguiente, la 1973/74, Echecopar jugó al fin pero mucho menos de lo esperado y tras marcar seis goles en quince partidos –no llegó a asentarse como titular en uno de los mejores equipos en la historia del Granada– se marchó al Murcia, donde tampoco logró la felicidad y la fama lograda en el Estudiantes de la Plata de su Argentina natal. Salvando las distancias, algo similar está ocurriendo –por el momento– con Matías Arezo, punta uruguayo que llegó al Granada el pasado mercado invernal con un gran cartel después de brillar en el River Plate uruguayo, que no pudo retener a un talento con ganas de triunfar al otro lado del charco.

El 31 de enero, cuando se confirmó su fichaje, el club lo anunció con un deslumbrante vídeo en sus redes sociales, en el que Arezo relataba: «Vine para vivir el mismo sueño que mi hinchada y ese sueño se llama Granada Club de Fútbol». De fondo se escuchaban miles de gargantas gritando «¡urguayo, uruguayo!» mientras el futbolista posaba para la cámara en el césped del estadio Nuevo Los Cármenes.

Sin embargo, más allá del impacto que tuvo este movimiento en Uruguay y en la hinchada rojiblanca –deseosa de verlo repetir las acciones que lo convirtieron en un ídolo en su país y que están recogidas en varios vídeos de Youtube–, el desembarco de Arezo en Granada no ha cambiado a mejor las cifras ofensivas del equipo nazarí. El '14' rojiblanco debutó con el equipo en el Santiago Bernabéu, donde jugó los últimos minutos de la derrota por la mínima, y luego convenció a Robert Moreno de que era merecedor de la titularidad en la visita a la Real Sociedad de la jornada siguiente, cuajando otra discreta actuación que lo llevó a ser sustituido en el minuto 72 de aquel encuentro. Tuvo la ocasión más clara de los rojiblancos, un mano a mano con el meta Remiro, pero la desperdició y finalmente el equipo acabó hincando la rodilla en San Sebastián (2-0).

Después de aquel encuentro llegó su presentación oficial, en la que afirmó que su intención en Granada era «crecer como jugador y como persona» a pesar de que sentía que haber sido capitán de su anterior equipo con solo 18 años le había hecho «madurar». Lo cierto es que, a pesar de su trabajo y de haber tenido minutos en los dos primeros partidos en los que fue convocado, el joven punta de 19 años dejó de contar para Robert Moreno. El preparador barcelonés lo dejó en el banquillo en los choques ante el Villarreal y ante el Cádiz, dándole los últimos 14 minutos en el encuentro ante el Valencia, en el que la derrota por 3-1 le costó el puesto. Arezo tampoco destacó ante el cuadro che y Torrecilla no lo utilizó ante el Elche. Su puesta a punto puede tardar tanto como le ha sucedido a otros futbolistas sudamericanos al llegar a Europa. El Granada, que no está sobrado de paciencia por su delicada situación en la tabla, seguirá esperándole, pero los números por ahora son los que son: cero goles en los 96 minutos sumados en las seis convocatorias en las que ha entrado.