Ángel Montoro y José Antonio Martínez, eufóricos tras uno de los goles del primero. PEPE MARÍN
La Crónica

La noche estelar de Montoro casi se angustia tras su lesión

El Granada recobra el liderato con un arranque pletórico de partido y un doblete del valenciano. Todo se lía después de su salida en el descanso

Martes, 22 de enero 2019, 00:57

La omnipresencia de Ángel Montoro fue tan evidente en una de sus noches más estelares con la camiseta rojiblanca que cuando se ausentó del campo ... en el descanso, el Granada se quedó huérfano. El Elche, maniatado en la primera parte, se revolvió hasta comprometer el marcador final. Limó diferencias pero no truncó el triunfo del restablecido líder, devuelto a lo alto del podio por el centrocampista valenciano. Se metamorfoseó en oportunista delantero en una etapa inicial de muchos quilates. Unas molestias en el cuádriceps y un dolor en el hombro fueron suficiente quebranto para preservarle en el entreacto. Esto deparó un segundo tiempo angustioso, envuelto de azar, sin resolución arriba ni control en la media, en el que los ilicitanos se metieron en el encuentro con un penalti dudoso sobre Sory Kaba de Rui Silva, en una de las pocas escapadas del guineano ante el debutante Bernardo, que terminó acalambrado, como casi todos. En este equipo defienden como mastines hasta los de que han de meter goles.

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Granada CF

Rui Silva; Víctor Díaz, Bernardo, Martínez, Quini; Montoro (Nico Aguirre, m.46), Fede San Emeterio, Vadillo (Alberto Martín, m.76), Puertas (Pozo, m.63), Fede Vico; y Adrián Ramos.

2

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1

Elche CF

Edgar Badía, Alexander González, Gonzalo Verdú, Dani Calvo, Manu Rodríguez (Javi Flores, m.63); Manuel Sánchez, Xavi Torres, Karim Azamoum (Nino, m.63); Iván Sánchez (Benja, m.78), Josan y Sory Kaba.

  • goles 1-0, m.16: Montoro; 2-0, m.44: Montoro; 2-1, m.70: Xavi Torres (de penalti).

  • árbitro Soto Grado (colegio castellano-manchego). Amonestó a los locales Montoro y Fede San Emeterio así como a los visitantes Alexander, Sory Kaba y Verdú.

  • incidencias Partido de Liga disputado en el estadio Nuevo Los Cármenes ante 8.306 espectadores (cifra oficial).

Lo del cordobés fue llegar y besar el santo. La maltrecha rodilla de Germán se ha encasquillado durante más días de los previstos y provocó que el nuevo central se abriera hueco en la alineación, extraño en un campo nuevo aunque con un cómplice, Martínez, al que conocía bien de sus tiempos del Sevilla Atlético, cuando ascendieron juntos a Segunda División. Una categoría en la que ha adquirido reputación, por lo que no le pesaron los nervios del debut, aunque sí la inactividad en el acto definitivo. Se las vio tiesas con Sory, elástico y potente, al que persiguió como si le debiera dinero. Un punta peligroso, que se le marchó dos veces: una acabó con un tiro al poste y la otra en el punto fatídico, para que Xavi Torres extendiera la incertidumbre.

Puertas, aciago

La otra aparición llegó en un flanco con el rescate del pichichi Puertas para la causa, tras varias citas con presencia de Pozo, quien no andaba tan electrizante como de costumbre últimamente. Puertas completó las ayudas por las bandas ante la peligrosidad de Iván Sánchez y Josan, los puntiagudos extremos ilicitanos, pero complicó la mayoría de acciones ofensivas, algo obsesionado con las soluciones retorcidas. Pozo, después, tampoco es que le mejorara. Dani Ojeda no llegó a estrenarse porque Diego prefirió solidificar el centro del campo con el ingreso de Alberto Martín en la fase de mayor algarabía visitante.

Tras unos minutos de acople, de coger distancias y dinamizar el juego, el Granada empezó a gobernar las operaciones conforme la figura de Montoro se expandía. Puertas lanzó un par de ataques en busca de Ramos, de nuevo capital en el trabajo de desgaste del rival, templando cada avance, ofreciendo posibilidades de disparo a los demás, como en una de Quini al poco de arrancar. Luego lo intentó él mismo tras un centro de Puertas, pero reaccionó rápido Badía.

El Granada aprovechó su primera visita a la esquina. Los zagueros del Elche rodearon a los supuestos mejores rematadores rojiblancos, pero no contaron con la pericia de Montoro, que irrumpió por sorpresa, más solo que la una, y giro su cuello como un auténtico ariete. Un testarazo a la alemana que dedicó a su padre, recientemente fallecido.

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Los alicantinos se encomendaron a la pericia por bandas de sus aguijones, pero los nazaríes tenían el plan defensivo bien estudiado. Apenas se dejaron suelto un chut de Manuel Sánchez ante el que Rui no encontró dificultad. Poco a poco el juego local fluía y cada progresión prometía confeti. Vadillo enroscó un centro que remató pifiado Fede Vico con su pierna derecha, la mala, y los mismos intérpretes se pudieron cubrir de gloria en un saque rápido de Rui Silva, que recordó a los tiempos de contragolpe de Fabri. Vico peinó en el balcón del área hacia Vadillo. A la carrera, chutó fatal. Pescó el rechace y le cazaron, pero Soto Grado no vio penalti, quizás por la teatralidad de su protesta.

El gaditano quería que los focos le apuntaran y se mostró más participativo e intenso que de costumbre. Lanzó una falta con un efecto endiablado ante la que Badía se salvó con puños de boxeador. En medio de semejante baile, se accidentó el coreógrafo. Montoro llevaba un rato renqueante y sus dolores obligaron a que Nico Aguirre fuera calentando. Mientras tanto, Vadillo seguía de francotirador. Estrelló en el poste otro lanzamiento directo con potencia atómica. En otro balón parado se firmó otra condena al Elche. San Emeterio interfirió en un intento de despeje, Vico recobró el esférico y lo canalizó hacia Vadillo, que desde el fondo oteó a Montoro, de nuevo preclaro ante la red enemiga.

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Imagen. PEPE MARÍN

Aguirre, más rígido

Con las dos orejas se retiró Montoro en la pausa para contemplar una segunda parte que se fue complicando por momentos. Aguirre dotó de rigidez a la zona ancha, pero carece del tacto de su compañero y su mecha es corta. La ofensiva no sirvió para percutir igual por los errores en los últimos pases. Sory Kaba dio su primer aviso ante la desorientación local. Puertas se desesperó en los intentos de respuesta, eligiendo fatal. Vadillo olfateó por el tanto y probó desde el banderín, pero tampoco así cedió Badía.

Pacheta empezó a acumular puntas y Pozo salió en la derecha, aunque con un faro fundido. El penalti a Sory, que exageró ante la salida al paso de Rui, concedió a Xavi Torres la opción de recortar y de devolver el frenesí a la cita. El Elche creyó que podría, pero el Granada se abrigó. Con Alberto Martín y prácticamente tres centrales en el cierre, contuvo la insistencia visitante y soportó los minutos de alargue hasta el abrazo final en la cima del mundo.

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Cuatro puntos respecto al tercero, nueve sobre el séptimo es un margen extraordinario para el Granada en este arranque de la segunda vuelta, que tendrá que refrendar el domingo ante el Extremadura, de nuevo en casa. Ese día tendrá que sobrevivir a 90 minutos sin Montoro, pues cumplirá sanción, no sólo 45. Una nueva prueba de fuego.

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