Callejón celebra un gol como futbolista 'viola'. FIORENTINA
Perfil | José Callejón

Motrileño, mirlo y 'leggenda'

Ahora asume uno de los retos más difíciles para un jugador: ser profeta en su tierra

Martes, 26 de julio 2022, 00:23

José María Callejón Bueno (Motril, 1987) lo ha hecho prácticamente todo en el fútbol. A sus 35 años podría vivir retos menos arriesgados para sus ... botas y más eficientes para su bolsillo, pero para Callejón el fútbol no son las cifras en una cuenta corriente y sí las que se hacen sobre el césped. Y ahí aún se siente capaz de asumir retos apasionados. El último, siempre difícil, ser profeta en su tierra.

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Con Callejón se habla, probablemente, del mayor talento que ha dado esta provincia en el fútbol en los últimos 50 años. Decir en toda la historia tampoco resulta exagerado. Tanto él como su hermano gemelo Juanmi, otro desinhibido atacante de gran olfato goleador, destacaban desde niños en todos los campeonatos que se disputaban en la Costa Tropical, el resto de la provincia y Andalucía. Llamados por lo que ya era un clamor en el sur, el Real Madrid acudió a un torneo y se quedó prendado de los hermanos, fichándolos a ambos. De ser las perlas de Motril, los Callejón pasaron a ser dos de los mirlos más rutilantes de la 'Fábrica' madridista.

Aunque desde el principio se presumía a Juanmi algo más hecho para el fútbol, los expertos de la cantera madrileña advertían que el techo de José, en cuanto estallara, quedaría mucho más alto que el de su hermano. No erraron en su pronóstico. Ambos hermanos debutaron apenas cumplidos los 19 en Segunda con el Real Madrid Castilla, el filial, pero al año siguiente ya se notó qué Callejón tenía más salidas. Capaz de jugar en ambas bandas, como mediapunta o segundo delantero, José se destapó con confianza como un goleador único en Segunda B. 21 goles en 35 partidos hablan de ello. Se le quedaba pequeño el filial y la excelente relación del Real Madrid con el Espanyol llevó al motrileño a separarse por primera vez de su hermano.

En Primera se curtió como un futbolista brillante con y sin balón. Sus desmarques ya suponían un peligro de por sí, pero con el cuero su regate era igual o más letal. Asistente, velocista y muy involucrado en el club perico, completó tres temporadas magníficas hasta regresar al Real Madrid.

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De la mano de José Mourinho y su segundo, Aitor Karanka, Europa descubrió a un futbolista tremendamente versátil y polivalente, descarado en el esfuerzo y mucho más fajador en defensa. Llegaron las convocatorias –no tantas como merecería– con la Selección. Revulsivo de lujo pero con ambición, decidió bajarse de la chepa de 'Mou' y abrirse horizontes.

Su apuesta por Italia era arriesgada, pero atinó en el destino. Nápoles necesitaba héroes de carne y hueso, pues dioses como Diego ya no había. Y Callejón allí pasó de mirlo a 'leggenda' del 'calcio' napolitano. Cerca de 400 partidos, ganando dos Coppas y una Supercoppa italiana y anotando 82 goles convirtieron al motrileño en una estrella. Abandonó San Paolo como capitán. Aunque siempre se le relacionó con el Granada, se enfundó la 'viola' camisa de la Fiorentina, donde se le apagó la chispa del gol pero no la del desequilibrio. Dos años de Serie A más hasta regresar a casa. De motrileño a mirlo. De mirlo a 'capo' de Italia. Y de ahí, a querer ser ahora profeta en su tierra.

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