Miedo escénico, enemigo invisible
La ansiedad apresó a un Granada que tiene que acudir a sus esencias para reivindicarse
Martes, 28 de mayo 2019, 01:41
1. Hubo muchos aficionados que el domingo contemplaron al Granada en directo por primera vez en esta temporada. El dato oficial de asistencia, 18.263 ... espectadores, reflejaba un lleno técnico en Los Cármenes. Unos cuantos miles más que la media de público del resto del ejercicio. Muchos curiosos acudieron motivados por la posibilidad de ver el ascenso matemático. Personas que quizás se fueron defraudadas del estadio.
Publicidad
2. Ese no parecía el equipo del que les habían hablado otros entusiastas que mantuvieron su fidelidad en la grada durante todo el ejercicio. Distaba del conjunto aguerrido que imaginaban o habían visto por televisión. Pero lo que ocurrió fue sencillo de explicar. Esta versión del Granada es tan sentimental que se impregnó de lo negativo de una tarde de expectación. Le entró la ansiedad y no supo sacársela de encima. Sobre todo, cuando encajó el gol de Aketxe.
3. El miedo escénico, concepto que viene del teatro, lo derivó con acierto Jorge Valdano al fútbol para explicar situaciones de agobio así, cuando las circunstancias parecen las más propicias pero no se consigue lo que se pretende. Jugar en casa, con el público enfervorizado, fue un factor de presión añadida antes que de motivación extra.
4. De repente, al conjunto fiable que ha construido Diego Martínez a martillazos le entró un ataque de responsabilidad. El enemigo invisible fue invadiendo sus filas hasta desnortarlas. El reloj iba lento tras su gol. Los pases se interrumpían. Ningún regate salía limpio. Los tiros se iban al limbo.
Publicidad
5. Son cosas que pasan. Lo saben bien los tenistas. Todos conocen el grado de tensión que provoca plantarse con bolas de partido al final de un set decisivo. Ese momento en el que toca cerrarlo y aparece el fantasma del error no forzado. Un saque tibio. Una mala devolución. La respuesta sorpresiva del rival acorralado. Esa red que corta la trayectoria de la pelota.
6. El Granada tiene que olvidar el trance y acudir a sus esencias para reivindicarse. Lo primero es poner lo ocurrido en su lugar. Se le fue una mera oportunidad de las tres que tenía a mano. No perdió, sino que empató, lo que a la postre puede ser decisivo en función del resto de combinaciones.
Publicidad
7. Enfrente se aposentó un contrincante poco estético pero muy constante como el Cádiz, que lleva nueve jornadas sin perder. Un especialista en torpedear jolgorios, pues ya aplazó 24 horas el salto de categoría de Osasuna. El de los rojiblancos no se resolverá hasta el domingo, pero el margen sigue ahí. Dependerá de sí mismo hasta el final y ese registro sobresale por encima de los demás.
8. Este Granada aspira a la eternidad. A sumar un nuevo ascenso para la historia del club. Lo hace con unas características reconocibles. El aprovechamiento máximo de sus recursos. Vivir al límite cada jugada. Golpear primero. Aguantar después. Extremar las precauciones. Superar las adversidades. Saber convivir con el balón y sin este. En definitiva, mantener esa implicación a ultranza que ha generado una sólida comunión con la hinchada. Los valores de una escuadra que, más que un flechazo, ha establecido un amor duradero con la afición porque le ha hecho recuperar lo más difícil: el orgullo.
Publicidad
9. La ausencia de Fede San Emeterio se acusó en el centro del campo. Los mecanismos creativos funcionaron peor porque el cemento cántabro fija la estructura y libera a los que le rodean. Pero el empate va más allá. Hubo otros aspectos que fallaron, la mayoría relacionados con la merma de confianza, con el terror a meter la pata.
10. No se apreció ningún signo de pesadumbre en el ambiente ayer, en el entrenamiento. El Granada siempre ha sabido abstraerse de malos resultados, conservando sus rutinas. Hoy repondrá las pilas antes de comenzar con la preparación de la penúltima cita con un objetivo: restablecer su identidad guerrera. Eso llevará al otro. Al anhelado.
Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión