Ni 40 segundos, 39 dictó el reloj. Ese fue el corto tiempo que necesitó el Granada para adelantarse en el marcador. El gol más rápido ... de lo que va de temporada en las principales divisiones. El típico error de un equipo joven como el filial del Villarreal, creativo, técnico, que desea salir con el balón controlado desde atrás. Claro, que un fallo en esa posición se paga caro, muy caro, más cuando alrededor tienes gente tan astuta y curtida como José Callejón. El motrileño tocó entre dos en una asistencia de lujo para Uzuni, habilitado por un tercer defensa (no fuera de juego por tanto) y el albanés que hizo su segunda diana liguera, de tiro raso y ajustado. Poco más de medio minuto y el equipo de Karanka que se colocaba líder en solitario tras las tres primeras jornada, con un pleno de victorias y nueve puntos.
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El paseo por Los Cármenes se veía venir, cuando a los doce minutos, Uzuni repitió, su segundo tanto, de penalti, tras un piscinazo de escándalo del propio extremo rojiblanco. Meteórico Uzuni y el Granada hacia el liderato. Cómodo, muy cómodo se quedó el cuadro nazarí en el césped con ventaja de 2-0 tan veloz. El árbitro pudo verlo desde un mal ángulo o lo taparon, seguro, porque no dudó lo más mínimo, pero, a lo mejor o peor (según se mire), los chicos del VAR estarían en el bar. Melendo lanzó el balón en uno de sus pases preciosistas, salió de principio, al igual que Sergio Ruiz y Bodiger, éste por delante de la zaga para contener y dar más sobriedad, aunque le costara la tarjeta (siempre corre ese riesgo).
El 'mini submarino amarillo' se puso en manos, bueno, en las botas del talentoso marbellí Ontiveros. Pero al Granada se le vía muy seguro, sólido, firme. Hasta a Callejón se le vio más, es más móvil que Jorge Molina. Disfrutó, compartió sonrisas con Puertas, al que casi pone el 3-0 en la cabeza. Pero era la noche del 'torpedo' Uzuni, que redondeó con otro penalti, éste sí muy claro.
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