Matteo Tognozzi, en la comida de directivas

Tognozzi ya se está haciendo con las riendas de su cargo y por la tarde asistirá al encuentro en sí para contemplar, desde el palco, las evoluciones del primer equipo masculino. Está en proceso para confeccionar su equipo de trabajo y este martes será presentado en el estadio Nuevo Los Cármenes, en dos fases. A las 13.30 horas, junto a García Amado, un acto más informal con los medios de comunicación. Más tarde, a las 17.30, la rueda de prensa en sí, en la que estará acompañado por el propio director general y por la presidenta Sophia Yang, quien también intervendrá.

La historia del italiano Matteo Tognozzi (Pisa, 1987) no es más que la de un niño que se enamoró del fútbol por su padre, solo que en su caso le llevó a convertirse en uno de los cazatalentos más prestigiosos del mundo. Fue él quien le brindó sus primeras oportunidades a nivel profesional y pronto pulió un don natural para descubrir al jugador que vale del que no. Enrolado en la Juventus desde 2017, allí fue ascendiendo hasta convertirse en el jefe de sus ojeadores. Vinculado a Manchester United, Celtic de Glasgow o Sampdoria para ejercer como director deportivo en la élite, si nada se tuerce será finalmente en Granada donde pueda probarse en un puesto de máxima responsabilidad.

«Matteo, escúchame. Ya sabes que como jugador nunca llegarás al alto nivel. No pierdas el tiempo, para y empieza a trabajar conmigo en el fútbol. Verás que podrás alcanzar niveles inalcanzables como jugador para ti», le dijo Stefano a su hijo en 2007, cuando este tenía 20 años, de acuerdo a un reportaje publicado en el diario 'Il Terreno'. El padre, que fue asistente del actual seleccionador nacional Luciano Spalletti en el Empoli que ascendió a la Serie A en 1997, ya le tuvo recomendándole jugadores cuando era solo un niño y una década después le proponía acompañarle en el Pontedera de la Serie D (cuarta categoría nacional) que le había firmado como entrenador.

Matteo compaginó esa labor con sus estudios en Lengua y Literatura en la Universidad de Pisa. Dos temporadas después, y al no conseguir el salto de categoría, Stefano se marchó a la Roma como ojeador para Spalletti mientras su hijo soportaba cómo el Pontedera quebraba. Tras un paso también como director deportivo en el Rosignano de la misma Serie D, aceptó la invitación que su padre y Spalletti le extendieron para marcharse juntos al Zenit de San Petesburgo en 2011. En Rusia participó en fichajes como los de Hulk o Axel Witsel, ahora en el Atlético de Madrid.

Tres exitosos años allí llevaron a Matteo Tognozzi a Alemania, de nuevo junto a su padre, al firmar por el Hamburgo. De ahí saltó, ya sin su progenitor al lado, al Bayer Leverkusen. De vuelta a Italia en la Juve, su progreso en la 'Vecchia Signora' le llevó a participar en traspasos importantes como el de Dusan Vlahovic procedente de la Fiorentina por 70 millones. Quienes le conocen le describen como «superdotado» y «adicto al trabajo», especialmente dominador de los mercados portugués y latinoamericano.