Manu Lama libera seis meses de reivindicación silenciosa
El central llora tras su gol después del estreno que más anhelaba tras sentirse aparte del resto durante la etapa con Guille Abascal como entrenador
Una vez la tecnología de línea de gol determinó que su cabezazo había entrado, las lágrimas corrieron por la cara de Manu Lama al celebrar ... su gol. La emoción desbordada del central madrileño le hizo liberar seis meses de reivindicación silenciosa en el día a día de los entrenamientos con el grupo, sintiéndose poco a poco más integrado y competitivo, después de haberse sentido aparte del resto durante la etapa con Guille Abascal como entrenador tras su fichaje desde el Fuenlabrada sin que luego saliera cedido finalmente.
Publicidad
Fran Escribá fue quien permitió a Manu Lama sentirse uno más, en igualdad de condiciones con sus demás compañeros. Sin embargo, todavía no le había concedido el anhelado estreno en el fútbol profesional después de protagonizar actuaciones destacadas en la Copa del Rey. El central tuvo que pedir aun así el cambio antes de tiempo en dos de esos partidos, con el Zaragoza en La Romareda y con el Getafe ya en Los Cármenes, por su falta de ritmo. Su gran momento le esperaba frente al Sporting, cuando menos lo esperaba.
El entrenador del Granada reconoció haber meditado durante toda la semana una defensa con tres centrales para contrarrestar el potencial ofensivo de su rival. Sin Miguel Rubio ni Oscar Naasei por sanción, Lama emergió en sus planes con una virtud añadida: su velocidad. Esa que exhibió cuando tuvo que entrar al hacer dos coberturas muy valiosas a sus dos laterales.
Manu Lama entró por la conmoción cerebral de Pablo Insua durante la recta final, pero ya calentaba desde antes porque Escribá pensaba reestructurar a su equipo con tres atrás al retirar a Giorgi Tsitaishvili después del 2-0, tal y como hizo al terminar con Martin Hongla atrás. El gol de penalti de Juan Otero devolvió la intriga al partido, pero el madrileño emergió como héroe en un saque de esquina.
Publicidad
Sus padres en la grada
En la grada de Los Cármenes se encontraban sus padres, emocionados como él con su gol. El famoso periodista deportivo Manolo Lama, entusiasta seguidor de su hijo –estudiante de Periodismo además y con vocación por el deportivo–, siempre consideró el apellido que le legó «una 'putada'»; aun así, acude a verle siempre que puede y no rechaza una sola petición de fotografía.
Acudieron a abrazar al futbolista dos de sus mejores amigos, Pablo Sáenz desde el banquillo y Gonzalo Villar desde el terreno de juego, seguidos luego de otros que terminaron formando una piña. La importancia colectiva y personal del tanto lo merecía. «Seis meses trabajando día a día y demostrando sin decir una palabra más alta que la otra, y aquí tienes tu premio. Te quiero mucho, hermano», le dedicó Villar en redes sociales, apostillando que #sequeda para confirmar su continuidad en el equipo tras el presente mercado invernal.
Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión