La maldición de Tsitaishvili con los postes
El extremo georgiano lleva ya cuatro disparos que se fueron contra la madera, más que ningún otro futbolista en toda la Segunda división
Controla el balón desde la banda derecha, recorta hacia dentro con su pie izquierdo y dispara hacia el segundo palo, con una rosca diabólica... pero ... el balón impacta con el poste y se va fuera. Esta acción es ya un clásico en el Granada esta temporada bajo la firma de Giorgi Tsitaishvili, un hombre con una maldición. El extremo georgiano lleva ya cuatro disparos que se fueron contra la madera, más que ningún otro futbolista en toda la Segunda división, que le privaron de alcanzar incluso a Lucas Boyé como goleador del equipo con los dos tantos que sí pudo celebrar en Burgos y Elda.
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En Huesca volvió a pasarle. En esa ocasión fue al controlar un pase de Abde Rebbach desde la banda izquierda ya dentro del área para soltar un latigazo que no solamente fue al palo sino que de ahí tomó dirección hacia la cara del portero, Dani Jiménez, con la mala suerte añadida de que no se redirigiera hacia dentro. Corrían 19 minutos de juego y el partido seguía sin goles en el marcador y con igualdad numérica sobre el campo, antes de la autoexpulsión de Ricard.
La madera ya negó a Tsitaishvili un gol durante su debut competitivo con el Granada en Los Cármenes. Aún en la primera media hora de partido, y también sin goles todavía, el georgiano enganchó un balón despejado dentro del área y armó un chut precioso hacia la escuadra que terminó repeliendo el larguero. Aunque Miguel Rubio adelantara a los rojiblancos en el marcador escasos segundos después, la remontada manchega lo devolvió a la memoria.
Hasta dos postes lamentó Tsitaishvili en enero, de nuevo en Los Cármenes. Contra el Cádiz, a falta de un cuarto de hora, habría roto el 0-0 con el que concluyó el derbi; frente al Sporting, a la vuelta del descanso, habría ampliado la ventaja obtenida ya en la primera parte. Cuatro palos en total que no contabilizan el resto de ocasiones en las que sus disparos salieron lamiéndolos, con intenciones mucho más maliciosas de lo que su contribución estadística indica.
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Faltas de Lucas Boyé
Otro dato curioso que refleja lo que va de temporada son las faltas que comete Lucas Boyé. Con 48, únicamente otro delantero como Enric Gallego, del Tenerife, lleva hasta nueve más. Una denuncia ya habitual de Fran Escribá en contraste a las pocas que le pitan a favor.
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