Luis Milla, el 'rey' de las cláusulas de rescisión

Esa cantidad fue la que tenía fijada el Tenerife, su conjunto de procedencia, como valor de su cláusula de rescisión. Resulta curioso porque Milla también llegó a la escuadra canaria mediante el pago de una penalización. El Fuenlabrada, entonces en Segunda B, exigió esta compensación a los clubes que se interesaron por él en el mercado de invierno de 2018, tras sus excelentes actuaciones, luciendo también en la Copa del Rey.

Milla se hizo un nombre en el Tenerife en las dos campañas y media siguientes que defendió la camiseta chicharrera. El Granada ya había preguntado por él tras el ascenso, pero entonces no encontró voluntad negociadora por parte de la dirección canaria. Al año siguiente lo volvió a intentar, con el atractivo de haberse clasificado para las previas de la Europa League. Milla, que fue tentado también por otros equipos (estuvo muy cerca del Levante), se acabó decantando por la tentativa rojiblanca. Fueron conversaciones arduas en las que, cuando parecía que acabarían en un traspaso pactado (con algún variable y porcentaje de futura venta), todo saltó por los aires, por lo que el Granada depositó el dinero en LaLiga para desbloquear su pase unilateralmente.

De esos cinco millones queda la mitad por amortizar en la contabilidad rojiblanca. Su cláusula actual es de 20 'kilos', pues no ha variado como sí sucedió con el portero Maximiano, que pasó de 25 a 12,5. Por tanto, o el Getafe, o cualquier otro interesado como el Sevilla, abona un pastizal o se tendrá que avenir a pactar con Nico Rodríguez o Alfredo García Amado, quienes el lunes tuvieron a su agente en Los Cármenes. Se especula con una horquilla que va de 6 a 10 millones, pero lo cierto es que ese valor es más bien una estimación de las partes deseosas de su marcha, más que algo sólido ya. El futbolista, aunque sea detallista y haya firmado un año aceptable pese a la debacle, es el primer interesado en partir. La pelota, sin embargo, no está en el tejado rojiblanco. A los demás les toca pujar, salvo 'clausulazo', que no parece.