La lucha por volver a jugar del granadino Ramón en el Málaga
Otro futbolista de la provincia, el lateral derecho Carlos Puga, sí se hace con el puesto al encadenar cuatro titularidades ya
Hace cuatro años que el granadino Ramón Enríquez no juega cuatro meses sin lesionarse en el Málaga, un calvario que no cesa para el talentoso ... centrocampista en el muchos quisieron ver allí al heredero natural de Isco Alarcón. Natural de Órgiva, la temporada pasada atravesó un periodo de baja de 343 días tras una rotura fibrilar en el mismo cuádriceps del que volvió a resentirse al mes; en concreto, a los 20 minutos de su primera titularidad del ejercicio por un partido contra el Mérida en La Rosaleda como capitán. Bajo ese drama, Ramón y el Málaga acordaron la renovación del contrato que expiraba a fin de curso hasta 2026 por poco más del sueldo mínimo para Segunda, estipulado en 95.000 euros.
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Ramón Enríquez entrena desde agosto como uno más junto al resto de sus compañeros, pero sin fecha de vuelta a la competición bajo un plan muy específico y paciencia total con su proceso. Nadie sabe cuándo volverá a jugar, pero él no pierde la esperanza. Al alpujarreño de 23 años lo captó del Ciudad de Granada el prestigioso Manel Casanova, impulsor de la academia del Málaga, y sería internacional con las categorías inferiores de la selección española de la sub-16 a la sub-19. Juan Ramón López Muñiz le dio sus primeras oportunidades en 2019, pero sería precisamente Sergio Pellicer, que le conoce desde niño, quien le concediera la misma confianza que aún le mantiene. A su espalda cuenta con 78 partidos en Segunda división.
Ramón Enríquez no es, sin embargo, el único granadino en la plantilla del Málaga. Otro futbolista de la provincia que sí está gozando de continuidad es el lateral derecho Carlos Puga. Natural de Albuñol, y de su misma edad, no tuvo minutos en la jornada inaugural del campeonato para su equipo en Ferrol pero desde entonces encadena cuatro titularidades al ganarle el puesto a Jokin Gabilondo. Formado en la cantera del Granada de alevín a cadete, se marchó al Almería para luego jugar en La Mojonera en la que dio sus primeros pasos antes de regresar a la provincia para jugar en el Santa Fe y en el Motril hasta firmarle el Córdoba para su filial en 2020, escalando hasta el primer equipo luego para después marcharse al Atlético de Madrid B del que le pescaría el Málaga durante el pasado invierno.
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