Lucas Boyé, un 'fichaje' invernal para el Granada
A punto de tener el alta 'competitiva' tras su última lesión, el punta argentino está obligado, por su caché, a elevar el nivel en la segunda vuelta
Es poco probable que pueda jugar con el Getafe en la Copa del Rey, al menos como titular, pero la mirada de Lucas Boyé ya ... se posa en el próximo partido de Liga, ante el Burgos el 10 de enero. El delantero ha cargado las pilas en su Argentina natal durante el parón navideño con el objetivo de afrontar un gran 2025 y mejorar sus prestaciones. De alguna manera, su intención es convertirse en el mejor 'fichaje' invernal para el Granada tras una primera vuelta con muchos altibajos de participación por las lesiones y un rendimiento alejado de lo que se puede esperar de un futbolista de su caché, uno de los rojiblancos que más interés despertó en el pasado mercado veraniego.
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Boyé fue uno de esos cuatro 'ases', junto a Myrto Uzuni, Gonzalo Villar y Sergio Ruiz, que el club rojiblanco se empeñó en retener después del descenso a pesar de las ofertas recibidas, para que entre todos dieran un salto de calidad al equipo en su aventura por recuperar la máxima categoría. Se asumía que Boyé andaría por unas cifras goleadoras considerables por estas fechas, aunque no sea el típico punta 'egoísta', sino que destaca por su destreza en dar continuidad al juego de ataque. Sin embargo, sus guarismos distan de estar a la altura de su caché, pese a que, con mayor o menor brillantez, siempre se deja la piel sobre el campo.
Los problemas físicos aparecen como uno de los motivos de su falta de despegue. Todavía en tiempos de Guille Abascal en el banquillo sufrió un problema en las costillas que le hizo perderse tres encuentros consecutivos, los dos últimos del técnico sevillano y el de debut de Fran Escribá. Desde el primer día, el preparador valenciano esperaba recuperar a Boyé cuanto antes, con el que coincidió en Elche y al que le sacó su mejor versión ofensiva. Pronto, el argentino se abrió hueco en sus planteamientos y con él abrió la lata.
Sus primeras dos dianas llegaron en el mismo encuentro, en los últimos minutos del duelo con el Tenerife. Volvió a 'mojar' con el Eldense, cerrando un gran contragolpe al filo del descanso. En Gijón, lugar de la siguiente cita, contribuyó a que no se notara la ausencia de Uzuni para vencer al Sporting. Tuvo su participación en el gol de Weissman, al forzar a un defensa de los asturianos en los instantes anteriores; y sobre todo en el segundo, en un balón que, de espaldas a la portería, dejó al espacio de primeras para la carrera de Siren Diao, que fulminó a Yáñez.
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Boyé estaba henchido de confianza, pero esa semana se vio aquejado por una sobrecarga y descansó, por precaución, ante el Cádiz. La intención de Escribá era que estuviera a tope para la visita de Almería, pero en el entreno previo a la salida, se le agravó la molestia muscular. No hubo parte médico hasta varias semanas después: rotura fibrilar en el isquiosural derecho. En total, seis ausencias consecutivas, justo cuando parecía a tono. Su primera vuelta quedó con doce partidos jugados, ocho de titular.
Ahora, Boyé hace borrón y cuenta nueva. El Granada desembolsó algo más de seis millones de euros por el 70% de su pase al Elche, en una operación con la que los rojiblancos reaccionaron a la 'fuga' de Samu Omorodion. Boyé, por aquel entonces, parecía una opción inalcanzable; su nombre se había relacionado hasta con el Sevilla. El argentino acabó como nazarí y atravesó un año de dificultades hasta consumar el descenso, con seis goles en su haber. Pese a las especulaciones, siguió formando parte del equipo y asumió la condición de segundo capitán, tras Carlos Neva. Su implicación parece fuera de toda duda. Queda por ver su papel en los próximos meses.
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