Granada CF | La contracrónica
Luca Zidane revive sus fantasmaEl portero francoargelino recupera la titularidad en Liga tres jornadas después en detrimento de Ander Astralaga y falla clamorosamente en el gol que permitió al Ceuta empatar un partido que parecía camino de la goleada, entre otras dudas
Independientemente de las razones que llevaran a devolver la titularidad a Luca Zidane en Liga tres jornadas después, lo único cierto es que al Granada ... no le benefició contra el Ceuta. Ya fuera por su buena actuación en la Copa del Rey o más por las molestias que venía arrastrando Ander Astralaga, el portero francoargelino revivió sus fantasmas al fallar clamorosamente en el gol que devolvió al rival a un partido que parecía camino de la goleada entre otras acciones en las que se mostró dubitativo en el área propia, especialmente a balón parado.
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Las oportunas intervenciones de Luca en Tenerife legitimaron una nueva oportunidad en Liga, de vuelta a Los Cármenes un mes después al actuar Astralaga ya en el derbi con el Córdoba. El portero francés tuvo mucha más intervenciones con los pies que con las manos durante casi toda la primera parte, un jugador de campo más a efectos prácticos al monopolizar el Granada la posesión del balón. Su innegable calidad aportó a la fluidez rojiblanca, con una marcha más como casi nunca antes se había visto en la temporada. Sin embargo, a José Arnaiz y compañía se les hizo de noche en el área, y ni tan siquiera el gol de Pedro Alemañ impidió que Pacheta y los suyos se acordasen un rato después de aquellas ocasiones.
Entre atenciones en la grada, al Granada se le fue truncando la noche en Los Cármenes con una falta lateral que no parecía presentar demasiado peligro sobre la portería de Luca ya al filo del descanso. Cristian Rodríguez chutó potentísimo y muchos futbolistas de ambos equipos saltaron para desviar la pelota pudiendo rozarla Jorge Pascual hacia atrás, y al guardameta debió afectarle también en la visión al colársele entre aspavientos. La afición volvió a pitar al galo, como en varios partidos anteriores. De irse al intermedio con una ventaja corta pero suficiente a tener que darle una nueva vuelta de tuerca al asunto.
La pausa, además, sentó fatal a los rojiblancos. Rubén Díez bien pudo darle la vuelta al marcador incluso con un disparo desde la frontal del área tras una pifia atrás ante el que sí respondió Luca con una gran estirada. Lejos de reconciliarsee con su afición tras la parada, el portero volvió a quedarse como un murciélago en el saque de esquina posterior que acabó en el larguero.
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Al Granada le tocaba pensar y Luca se puso a ello, pese a que Los Cármenes le urgiera para que no se demorara tanto en poner el balón en juego. Como si los nervios le fueran ajenos, él insistió en participar como un jugador de campo más incluso tirando pases entre líneas desde fuera del área. Una cualidad que por el Zaidín no importa tanto como la seguridad con las manos.
Pacheta agitó el avispero con los seis futbolistas hábiles que tenía en el banquillo más allá de los dos porteros suplentes y, sin Arnaiz ya como revulsivo, reunió a Moha Bouldini con Jorge Pascual en punta. Sin embargo, el Granada no mejoraba sino todo lo contrario mientras el Ceuta se crecía con un escenario tan insospechado, al punto de trenzar una jugada digna del Barça de Guardiola entre olés para desesperación nazarí pese a que el definitivo centro al área pasara muy por encima de los dominios de Luca.
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Entre los anfitriones, la catapulta de Álex Sola desde el saque de banda volvió a convertirse en un recurso a la desesperada cuando ya parecía prácticamente olvidado. La decepción entre el granadinismo fue casi tan honda como en las derrotas inaugurales del curso. Ese bendito problema con el que ironizaba Pacheta por la competencia entre Luca y Astralaga vuelve a parecer de lo más real.
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