Luca Zidane firma un balón durante su presentación como nuevo portero del Granada. Pepe Marín
Perfil sobre el nuevo portero del Granada

«A Luca Zidane no le pesa su apellido; es muy humilde y maduro»

Uno de los dos entrenadores que tuvo el nuevo portero rojiblanco en el Eibar, Gaizka Garitano, y sus excompañeros Alberto García y Álex Craninx en el Rayo y en el Real Madrid analizan al francés

Martes, 16 de julio 2024, 18:13

Quizás el primer gesto de rebeldía de Luca Zidane (Marsella, 1998) para desmarcarse del legado de su padre fuera ponerse los guantes. Quienes conocen al ... nuevo portero del Granada aseguran que, dentro del orgullo, nunca le pesó el apellido que le acompaña más allá del deseo por construir su propia historia en el fútbol. Los genes sí parecen explicar, no obstante, el buen juego de pies que le afama. Ya ascendió a Primera división con el Rayo Vallecano, en 2021, y ahora pretende repetir como rojiblanco después de quedarse a las puertas en dos temporadas consecutivas con el Eibar.

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El primero de los dos entrenadores que Luca Zidane tuvo en el Eibar, Gaizka Garitano, le califica como a un portero «muy completo». «Es seguro bajo palos, va bien en el juego aéreo y tiene un buen juego de pies, a la altura de los mejores de Primera, como Ter Stegen o Courtois. Es un gran fichaje», avala a su antiguo pupilo. «No sé si llegará a asentarse al máximo nivel, pero tiene esa posibilidad; estoy convencido de que viene siendo el mejor de Segunda y que es de Primera. Es joven aún y tiene buena cabeza. Sabe cómo mejorar sus debilidades y potenciar sus fortalezas», subraya.

También los excompañeros con los que compitió por un puesto bajo palos alaban las virtudes de Luca Zidane. «Ha progresado mucho en el dominio del juego aéreo gracias a la regularidad que tuvo en el Eibar y con el salto de calidad que da a sus equipos con balón, porque puede ser un futbolista más», expone Alberto García, que coincidió con el nuevo guardameta del Granada en el Rayo y le tuvo «como a un hermano pequeño«.

Y es que Alberto García guarda «un cariño muy especial» de Luca Zidane. No en vano, fue el primer compañero al que abrazó tras el ascenso que lograron juntos y que precedió su retirada del fútbol profesional por una lesión. «Fue una temporada también complicada para él, porque Andoni Iraola solía alternarle con Stole Dimitrievski y Miguel Morro, y tuvo que jugar el 'play off' sin haber sido indiscutible hasta entonces. Fue muy importante sobre todo en la ida de la final, contra el Girona en Montilivi, donde nos quedamos con uno menos», rememora. «Me vi reflejado en él, además, por lo difíciles que son los comienzos hasta que apuestan por ti. Siempre le dije que estuviera preparado porque, en el fútbol, las oportunidades aparecen cuando menos se las espera», subraya.

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Semanas después, Luca heredó el dorsal de Alberto. «Es un tipo honrado, que va de frente, y me alegré mucho», admite, rendido a sus características como portero. «Con los pies no solo asume riesgos sino que todos sus entrenadores le han demandado que los corra al ver sus virtudes con ambos pies además y una buena interpretación del juego; muy pocos huirían de ese potencial, y él lo asume con naturalidad, alegría y personalidad. Para mí es un portero organizador, que no se siente presionado donde otros sí, y eso es algo al alcance de muy pocos. Además, también sabe jugar lejos de su portería para hacer coberturas», observa el ahora comentarista.

«Mejoraba a los mediocentros»

Sobre la calidad de Luca Zidane con los pies da fe también el malagueño Álex Craninx, que compartió portería con él durante varios años en la cantera del Real Madrid. «Desde pequeño se le veía mucha proyección, pero es que además estuvo hasta juveniles metiéndose de mediocentro en algunos entrenamientos sin problema e incluso mejorando a algunos», apunta. «Más allá de los pies, también destacaría lo potente que es físicamente por todo lo que trabaja la fuerza en las piernas para saltar sin ser alto. Además, tiene mucha personalidad y carácter para liderar desde atrás», añade.

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Álex Craninx atrapa un balón ante Luca Zidane. R. I.

«A Luca le daba exactamente igual si le criticaban más al fallar por el apellido que lleva; solamente pensaba en divertirse», sostiene Álex Craninx. «Siempre me sorprendió la entereza con la que asumía su exposición como portero siendo hijo de quien es, y con todo el respeto que eso impone en quienes crecimos viendo jugar a su padre», confiesa Alberto García. «Es una persona muy humilde y madura, un gran profesional. El apellido no le pesa para ser un portero de primer nivel, que mejora año a año», le respalda Gaizka Garitano. Ahora le toca seguir esa progresión en Granada.

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