La grada, semivacía por la lluvia, festeja uno de los goles del Granada. Pepe Marín
Ambiente

La lluvia de goles acalla los pitos de la afición del Granada

El granadinismo se rebela al inicio, pero acaba satisfecho con un triunfo balsámico y obligado

Domingo, 9 de marzo 2025, 23:16

Tan solo los goles del Granada pudieron encender la caldera de Los Cármenes en una noche desapacible de marzo. La lluvia obligó a la hinchada ... a refugiarse en los vomitorios del estadio, con las gradas semivacías y completamente empapadas. Acudieron poco más de 6.100 aficionados, uno de los registros más bajos de los últimos años. Contra el frío no hubo solución, pero el triunfo sobre el Racing de Ferrol sirvió para que el granadinismo firmase la paz con su plantilla. Al menos de momento.

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Los futbolistas recibieron más pitos que aplausos cuando salieron a calentar. Los últimos resultados negativos –especial mención para la 'manita' encajada en Córdoba– habían hecho mella en el corazón rojiblanco, harto de varapalos sin más tiritas que una mera disculpa en una fugaz historia de Instagram.

Gran parte del enfado colectivo se concentró en torno a la figura de Fran Escribá. Cuando la megafonía anunció su nombre, no se percibió ningún aplauso. Todo lo contrario. El técnico valenciano se llevó múltiples silbidos, sinfonía maldita que ya escuchó su antecesor.

Como en El Arcángel, también volvieron los cánticos contra la directiva nazarí, a la que gran parte de la hinchada cataloga como la principal causante de muchos males. El ambiente no era el más idóneo, con demasiada toxicidad por depurar. Por suerte, los goles comenzaron a caer del lado granadinista pasada la media hora de encuentro. Mano de santo.

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Cuando se funciona sobre el verde, lo demás queda en segundo plano. El resultado manda. Para lo bueno y lo malo.

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