Cheikh Sarr atrapa un balón en un entrenamiento. CANTERA NAZARÍ
Filial

Una lección de compañerismo aún más valiosa que el punto conseguido ante el filial del Levante

El Recreativo no ganó en Valencia por un inesperado error de Sarr que evidenció que los fallos de los porteros son más delicados que los del resto de jugadores

Antonio Navarro

GRANADA

Martes, 7 de diciembre 2021, 00:05

Cuando el árbitro pitó el final del partido entre el Levante Atlético y el Recreativo Granada un jugador rojiblanco debía estar pensando 'tierra, trágame' porque ... suyo fue el error que impidió que su equipo se embolsara los tres puntos tras un duelo espectacular entre dos de las canteras más en forma del fútbol patrio. El jugador en cuestión, el portero Cheikh Sarr, había fallado a la hora de atrapar un balón aéreo que en teoría parecía sencillo, pero el aire hizo que se le escurriera de las manos y se lo colase en la portería ante el asombro de sus compañeros y rivales. Sarr había salvado anteriormente a su equipo con varias paradas de mérito pero con ese error, tan involuntario como crucial, las miradas se habían posado sobre él porque tan inesperado fallo había provocado que el Levante Atlético subiese el 1-1 al marcador en el minuto 88.

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El árbitro pitó el final del partido y un compañero de Sarr salió volando como un cohete para darle un abrazo y tranquilizarlo, porque fallar es solo una alternativa más de las que ofrece este juego. Ese jugador era el guardameta granadino Ángel Jiménez, compañero y a la vez contrincante de Sarr porque ambos pelean por la titularidad bajo el arco del filial rojiblanco. El joven Ángel, en el que la afición tiene depositadas muchas esperanzas de cara al futuro después de su llamativo debut con el primer equipo en el Real Sociedad-Granada de la pasada campaña, seguro que sabía exactamente cómo se sentía su compañero y es que en el fútbol el fallo de un portero tiene una relevancia que suele multiplicar la que tiene cualquier error de un jugador de campo.

A Sarr seguramente no se le pasó el enfado, pero debió consolarle tener cerca un aliado que no le culpara por lo sucedido. El levantinista Omer Faraj, talentoso mediapunta que lo puso a prueba en varias ocasiones y que terminó celebrando gol en el que quizá fuera su disparo menos acertado, también lo abrazó antes de que se arrimaran a él otros compañeros de equipo e incluso el técnico Rubén Torrecilla, que le recalcó que estaba orgulloso de su trabajo a pesar de lo que había sucedido en la jugada en cuestión.

Ese compañerismo no fue suficiente para que el filial ganara en Valencia, pero sí que explica el hecho de que la temporada del equipo rojiblanco –que sigue instalado en la zona alta de la tabla– esté siendo bastante exitosa. Porque no solo las muestras de afecto a Sarr demostraron que en la plantilla del Recreativo van todos a una. Dos jugadores del filial granadino, Da Costa y Youness, recibieron sendas rojas evitables y ninguno de ellos encontró el reproche de sus compañeros, que dieron lo mejor de sí mismos para intentar retener una victoria que finalmente no se dio. La volverán a buscar el próximo domingo, que es cuando se ha fijado su siguiente duelo de Liga ante El Ejido 2012 en la Ciudad Deportiva (12:00 horas).

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