Gonzalo Villar, en el entrenamiento del viernes. A. A.
Opinión Granada CF

El granadinismo espera no sufrir

Es un partido grande y al que el equipo granadino llega con toda la provisionalidad del mundo y con el deseo de intentar sorprender a un rival enorme

Justo Ruiz

Granada

Domingo, 13 de agosto 2023, 23:49

Comenzó la Liga y esta noche debuta el Granada ante el Atlético de Madrid en el Metropolitano. Aunque a nadie se le escapa que el ... campeonato es cosa de dos, todos sueñan en que alguno de los clubes 'pequeños' pueda dar la campanada y aspirar a conquistar un título que cada año se pone más caro, pero por el elevado gasto que los dos principales clubes (Real Madrid y FC Barcelona) realizan en reforzar sus plantillas. Mientras, el resto de los equipos intenta mejorarse gastando poco o nada con el objetivo de mantenerse en la categoría. Ese será el duelo real que se verá esta temporada, aparte de quién gana la Liga: quién logra permanecer. Todos los granadinistas desean que el equipo de Paco López cumpla y no haga sufrir tanto a sus seguidores. Empieza una temporada futbolística extraña, complicada y, por lo que se refiere al Granada, llena de incógnitas... una vez más. La Liga es un mundo extravagante al que casi siempre nos aproximamos con la mentalidad del aficionado, llenos de subjetivismo y de pasión.

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Por suerte, hoy vuelve a rodar el balón. Para el Granada llega la hora de su bautismo en este curso y enfrente estará el todopoderoso Atlético de Simeone. Es un partido grande y al que el equipo granadino llega con toda la provisionalidad del mundo y con el deseo de intentar sorprender a un rival enorme. La derrota entra en lo previsible, porque la distancia entre los dos conjuntos es sideral, y como tal se aceptará, aunque es verdad que la teoría dice que es mejor coger ahora al Atlético y no al final de Liga. Sin embargo, el Granada se aferra a que su equipo, con lo que tiene, que no es mucho, presente credenciales y se muestre con alma para una batalla desigual en la que todo lo que sea sumar y, más aún ganar, supondría un alegrón de proporciones enormes.

El optimismo es pura voluntad, los antecedentes no son nada halagüeños y básicamente todo está como estaba. Solo el entrenador y algunos fichajes dejan cierto margen a la esperanza. Hay que aferrarse a la imprevisibilidad de este deporte para sostener un mínimo de optimismo. A ver qué pasa. Pero sería absurdo o más bien ridículo llamarse a engaño.

El técnico valenciano volverá a ser el timón de un equipo interino que retorna a la élite en cuadro porque la plantilla aún no está cerrada del todo. La garantía de futuro del club pasa por la Primera, pero, de momento, nada más. A partir de ahí, el rumbo debe ser la estabilidad. Por lo demás, el club tendría que intentar corregir los errores en los que cae una vez tras otra, pero también hay que ser realistas y los propietarios chinos no han sabido construir una auténtica empresa privada del fútbol, sino su empresa. Si al menos se logra no desilusionar a la afición el año del reencuentro no habrá sido tan malo.

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