Augusto Batalla, resignado, tras un gol de la Rel Sociedad. F. Rodríguez
Opinión Granada CF

Ya correrás

Viendo al equipo reculado hasta decir basta y perdiendo tiempo de forma sonrojante, empezó a resonar temerosamente en mi cabeza aquel chillido acusatorio

José Quesada

Lunes, 11 de marzo 2024, 12:36

Uno de los primeros recuerdos que tengo de Los Cármenes, allá por los años 90, son los gritos calmados de un hombre mayor. Me llamaba ... la atención porque, a diferencia de los demás, no lo hacía de una forma exaltada, sino más bien un tanto pausado y con un marcado sentido de resignación. Quizá fuera por el resultado –siempre lo hacía cuando el Granada iba perdiendo– o por algún extraño sentimiento de comprensión del que se sabe con las armas justas de vencer.

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El grito era conciso y claro: «Ya correrás». No lo acompañaba de ningún insulto, como era habitual escuchar, y lo repetía cada vez que el portero del equipo contrario se recreaba al poner en juego el balón.

Por entonces yo no entendía bien el significado de aquel reclamo. Seguramente lo fui comprendiendo conforme el tiempo me confirió la suficiente experiencia vital para descubrir que la pillería se puede volver en contra.

El pasado sábado, el Granada fue víctima de su propia medicina. Tras una buena primera parte en la que solo el portero rival evitó un marcador más abultado a su favor, siguió un segundo tiempo donde el equipo se echó atrás de forma cobarde, posiblemente atenazado por la clasificación y por el peso de la esperanza de lograr la salvación. El guardameta de la Real Sociedad cambió de ser el mejor del partido a pasar desapercibido. Entonces el foco del show pasó a la otra meta, a la de Augusto Batalla, pero no por sus paradas. El argentino encarnó la bochornosa segunda parte nazarí con sus reiteradas pérdidas de tiempo. Una pillería demasiado temprana y que, tras cada ataque de la Real Sociedad, se volvía más temeraria.

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Viendo al equipo reculado hasta decir basta y perdiendo tiempo de forma sonrojante, empezó a resonar temerosamente en mi cabeza aquel chillido acusatorio. El tercer gol 'txuri urdin' que daba la vuelta al marcador y el posterior intento tardío de reacción granadinista no vinieron más que a confirmar aquel grito desesperado:

«¡Ya correrás!»

Una vez más, la pillería se había vuelto en contra y con ella se esfuma casi cualquier opción de permanencia.

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