Escribá, durante una charla con los jugadores. Pepe Marín
Opinión Granada CF

Encuentros en la tercera fase

El hilo ·

El Granada debe desvincularse de la mediocridad si quiere ser un aspirante real al ascenso

Adrián Argente

Granada

Viernes, 8 de noviembre 2024, 00:17

La segunda derrota consecutiva del Granada ha devuelto el pesimismo a su entorno, inquieto ante la incertidumbre que envuelve a un equipo demasiado endeble. El ... Zaragoza infligió un daño anímico y mostró la desnudez futbolística de un grupo afligido, incapaces algunos elementos de contener su adicción al error grosero. La llegada de Escribá tuvo un impacto inmediato porque tomó decisiones cargadas de sentido común: concedió la titularidad a Mariño, estableció a Loïc Williams –el central de mayor intensidad– como el elemento neurálgico de la línea, suplió la ausencia de Neva con Brau –el único especialista disponible–, entregó el timón a Hongla y Villar, repuso en la titularidad a sus mejores atacantes y se propuso instaurar una mejora efectiva a partir de una organización defensiva.

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Esta primera fase, marcada por la sensatez, fue interrumpida en Castellón, cuando el técnico rompió el pasillo de seguridad que él mismo había construido, y desde entonces ha tomado decisiones erráticas. La insistencia en Ignasi Miquel en perjuicio del joven Oscar, cuya aparición frente al Levante fue la única nota positiva de la primera derrota de este ingrato ciclo, es la cuestión más controvertida, pero no la única que impide la consolidación del Granada como un conjunto fiable. El nuevo armazón defensivo no ha resistido las primeras pruebas de estrés que han supuesto los empellones de Castellón, Levante y Zaragoza.

Esta vuelta a la mediocridad devuelve a escena al director deportivo Matteo Tognozzi, toda vez que el paso del tiempo sigue ensuciando su planificación. A los problemas que parecían evidentes (entre otros, la arriesgadísima apuesta por un técnico inexperto, la querencia por perfiles demasiado exóticos para vertebrar las alas y la carestía de especialistas defensivos en el medio), se une ahora el tétrico rendimiento de futbolistas que estaban llamados a marcar la diferencia en una categoría ajustada y que, al menos hasta la fecha, no justifican su rango. El Granada debe desvincularse de la mediocridad si quiere ser un aspirante real al ascenso, y debe hacerlo además en una tercera fase marcada por la dureza de los próximos encuentros.

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