La intrahistoria de Uzuni y su posible salida del Granada

El asunto de Uzuni viene ya arrastrado de unos meses para atrás. Al menos en una ocasión llegó a haber un principio de acuerdo con su agente para una mejora que luego el propio Uzuni desestimó. Uzuni firmó por el Granada en enero de 2022, renovó en octubre de ese año –tras el descenso del equipo– y palió la merma salarial que sufren los futbolistas al bajar a Segunda. En diciembre del 23, le volvieron a tocar el contrato, ampliando su vínculo hasta 2027. Desde el pasado verano, le buscan la inclusión de variables de rendimiento, pero nada le acabó de satisfacer.

Hizo declaraciones pospartido a la TV después de jugar con el Racing y agradeció a todos los actores que hicieron posible su llegada al club, pero sin aludir a los actuales dirigentes. En una carta posterior dirigida a la afición en redes metió a otros entrenadores, aunque no a la cúpula de mando actual. El pulso se alargó más de lo razonable y hubo un momento crítico tras su 'hat trick' al Cartagena. Tras esa cita, Uzuni ya sopesó no viajar a Eibar, pero al final se retractó. La cuestión se quedó abierta al empezar las vacaciones navideñas y los acontecimientos se han sucedido hasta la reunión clave de este miércoles.

En Uzuni conviven dos 'espíritus'. Uno, el del jugador entregado, con un enorme instinto rematador y una identificación profunda con los valores del club, querido por su afición y orgulloso capitán esta temporada en algunos encuentros. La otra, la del profesional que busca el mejor rédito posible, a veces tensando la cuerda, algo obsesionado con la comparativa con otros compañeros que cobran más, como Boyé y Weissman, los cuales deparan peores números en el campo. Uzuni siempre quiere más, en el verde y en la vida.