Ighalo tumba a Jaime en el Martínez Valero, antes de emprender su carrera hacia la portería. A. AGUILAR
Granada CF

El gol de Ighalo, un recuerdo inevitable cuando se visita el Martínez Valero

El nigeriano agarró un pase medido de Benítez y materializó un ascenso inesperado a Primera, el inicio de todo lo vivido

Sábado, 12 de diciembre 2020, 00:19

Regresar a Elche es regresar a 2011 y ver a Ighalo derribando palmeras a golpes de cintura. Es recordar el día que el Granada ... logró lo imposible. Por eso, aunque después se hayan alcanzado cotas aún más quiméricas, es inevitable recordar aquel gol del nigeriano a pocos días de visitar el Martínez Valero.

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Fue aquella una jugada que ha envejecido a la perfección y que puede considerarse el capítulo uno de todo lo vivido después en el fútbol profesional. Porque el Granada lleva casi una década siendo, sobre todo para las generaciones más jóvenes, un club asentado en Primera. Con solo un paréntesis de dos cursos en Segunda y su reciente clasificación europea, resulta difícil explicar a los imberbes que la entidad rojiblanca vivió muchos años entre la inestabilidad de Segunda B y el infierno de Tercera.

En aquel doble salto, desde el bronce hasta la 'Liga de las Estrellas', dejó su firma Odion Jude Ighalo hasta en dos ocasiones. Y es que, antes de lo del Martínez Valero, ya fue sacado a hombros del Santo Domingo, en Alcorcón. El delantero nigeriano llegó como todo un desconocido a aquel proyecto de los Pozzo al que ponía rostro la dupla Pina-Cordero. En Segunda B le bastaron 24 partidos de fase regular para anotar 15 goles y convertirse en un ídolo para la parroquia nazarí.

El 16 de mayo de 2010, en la ida por el ascenso a Segunda, recogió un balón de Benítez y, con la parsimonia que le caracteriza, recortó en el área para superar a Juanma, el portero alfarero. Amaya hizo el 2-0 al poco y una semana más tarde, el Granada caía 1-0 en la vuelta. Le valió el resultado para meter la cabeza en el fútbol profesional.

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Pocos soñaban con repetir salto, siendo un recién ascendido, y subir a Primera. Además, Ighalo estaba en el Cesena de Serie A. Pero el capítulo más brillante de la historia del nigeriano en Granada no se había escrito aún. Su poco protagonismo le envió de nuevo a Los Cármenes en enero de 2011, para hacer pareja o alternarse con Geijo. Ighalo solamente logró cuatro goles en esa segunda vuelta, reservándose el quinto para la noche del 19 de junio. Días antes, en la ida de la final del 'play off' por el ascenso, el Elche había sacado un 0-0 de Los Cármenes. Los incidentes a la salida con ambas aficiones envueltas y las declaraciones de presidentes y entrenadores caldearon el ambiente hasta ser considerado un partido de alto riesgo.

Velocidad, calidad y suspense

Corría el minuto 27, el Elche sacó de banda y rifó un balón que acabó en Siqueira. El brasileño despejó, con la suerte de que cayó en las botas de Ighalo. Lejos de su hábitat, el área rival, al nigeriano no le quedó otra que descargar sobre Orellana y a este hacer lo mismo sobre Dani Benítez. Se encendió esa bombilla cegadora pero intermitente que es la cabeza del balear, que puso un balón al espacio al que Ighalo correspondió con una aceleración digna de Usain Bolt. Dejó atrás a su marcador y se plantó ante Jaime, que lo acorraló hacia una posición muy escorada.

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Si había peligro, se estaba esfumando. El nigeriano tardó poco en deshacerse del portero., pero fue el tiempo justo para que un defensa le saliera al paso y otro corriese bajo los palos. «¡Pero tira!», gritó el granadinismo, con la sangre a punto de ebullición. Pero por las venas de Ighalo fluía nitrógeno. Frío y calculador, tiró de un quiebro al primer zaguero al suelo y la puso en el segundo palo ante la pose temblorosa del improvisado guardián sin manos. Cuando Suárez o Machís agarren el balón en aquel sector del Martínez Valero, brotará mecánica esa sonrisa tonta de 2011.

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Ighalo regresó a un Granada de Primera, pero no terminó de explotar. Dejó, eso sí, tantos para el recuerdo, como aquel agónico gol en Anoeta. Acabó recalando en 2014 en el Watford, otro equipo de Pozzo. El juego de la Premier revitalizó al nigeriano, que brilló en la temporada 2015-16 con 16 tantos. Con una suculenta oferta, el ariete se marchó a China, primero al Changchun Yatai y luego al Shanghai Shenhua. Bajó el nivel del torneo pero no su voracidad. El último día de bazar invernal de 2020 lograba un sueño: fichar por el Manchester United. Lo hizo cedido hasta el 31 de enero de 2021 y los 'red devils' no van a alargar el préstamo. Un 'United' ante el que podría verse las caras el Granada en UEL, ya sin Ighalo.

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